jueves, 16 de julio de 2009

Yo soy mucho mejor que tu


Yo debo reconocer que la humildad no es una de mis virtudes más sobresalientes… una vez intenté ser humilde pero mi buena intención terminó abruptamente cuando alguien me preguntó (creo que con mucho sarcasmo) si yo me creía de verdad humilde… yo sólo atiné a contestar que obviamente, que yo era súper humilde, humildísimo, vamos cómo seré de humilde que hasta puedo decir que no hay nadie que sea más humilde que yo, y bueno es obvio que siendo tan humilde, debo aceptar también que soy sumamente modesto… Me gané esa tarde una mirada de resondra y el aceptar públicamente que nunca podré ser humilde… Pero bueno, como dije, digo y diré, finalmente la humildad es para aquellos que no son lo suficientemente buenos para ufanarse libremente de ello… Toma ya!!!

Es así que me vi en la tarea de probar mi superioridad ante el colectivo social que me rodeaba, y si bien es cierto que no he logrado ser máxime reconocido por algo realmente trascendental… al menos he tenido buenas oportunidades para decir… Te jodes, yo soy mucho mejor que tu…

Este sencillo ejercicio de egocentrismo hedonista es tan efectivo como una buena inyección de esteroides a la autoestima, además, nadie negará que el placer que se siente al saberse mejor que el común de los mortales en alguna situación específica es harto gratificante…

Si bien no soy el más atlético de mis pares, ni el más alto, ni el más guapo, ni el más listo, ni el más sagaz, ni el mejor orador, ni el mejor escritor, ni el mejor deportista, ni el más trabajador, ni el más responsable, ni el más maduro (no pues esto ni debiera mencionarlo), ni el más aceptado, ni el más amiguero, ni el más social, ni el mejor bailarín, ni el mejor cantante, ni el mejor músico, ni el mejor dibujante, ni el mejor actor, ni el mejor pintor, ni el más ordenado, ni el más honesto, ni el más leal, ni el más empeñoso, ni el más diligente, ni el más… una larga (casi infinita) lista de cualidades… al menos siempre se me ha reconocido ampliamente por tres cosas… ser el más jodido de todos, el más infantil de todos, el más loco de todos… Bendita superioridad…

Y puede que mis habilidades más prominentes sean socialmente vetadas, pero qué cojones… para hablar boludeces, incoherencias, divagar sinsentidos, hacer babosadas irreflexivas y joder a lo demás con ensañamiento, pues nadie me gana… ¿Mente volátil? Sí, y que per secula lo sea…



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