viernes, 5 de junio de 2009

*~*/ Citas de película \*~*


Ya hace mucho que Betto Malatesta no habla de la cotidianidad de las relaciones, algunos dirán que se avocó a otros temas de mayor interés socio-cultural, o quizá sus labores como alto dignatario le impiden sentarse y escribir algo como antaño, o también que ha madurado como maduran los ñames en el último cajón de las fruterías… otros, quizá los más avispados, dirán que es porque sencillamente le remangaba el prepucio hablar del tema, entiéndase… no lo provocaba. Ciertas en parte todas sus hipótesis, la verdad es que no encontraba un tema que fuera interesante (mentira, temas hay más que pelos en las piernas de un travesti ¬¬ sólo que no tenía la inspiración necesaria para abordarlos), hasta que sentado frente al televisor, una tarde ventosa y grisácea, mientras comía una rica sopa Ramen antes de pretender ir (o sea, faltar abiertamente) a la Universidad, me llego la inspiración en una llamada… Oe brother, ¿qué planes pa’ más tarzán? /// Mmmm… nada tío, aquí saliendo (mentira) para la U… /// Oe vente a mi casa ps, aquí han caído los muchachos para ir a ver la del museo al cine /// Ah manya, chévere, ¿quiénes van? /// Están Lucho con Marita, Huguito y “La China”, Franco está esperando a Clau que ya viene, y yo me quito a recoger a Sandy /// Ahhh… pucha me E-N-C-A-N-T-A-R-I-A ir con ustedes… pero… este… tengo clase viejo, y no puedo faltar… /// … Ah… /// Sorry pa’ otra los acompaño ps, me avisan nomás /// Mmm ya ps, hablamos… (fin de la transmisión)… Naaa… yo pasé, se cantar, pero lo de violinista no se me da muy bien, además ser la única coma en una fiesta de puntos no resulta ajeno a mi acontecer cotidiano, pero no me provocaba…

Todos ellos iban a departir de una amena salida con quien consideran el amor (de momento) de sus vidas, prestos a vivenciar una tarde encantadora… Aquel intercambio verbal que quedo olvidado en lo imperecedero de las ondas celularofónicas, se quedó en mi, y me dejó pensando en aquella recurrente diversión en pareja que significa ir al cine. Salir de la mano de tu novia/o, con escarcha (quizá legañas) brotando de sus ojitos enamorados, mientras pasan el umbral (esto es la boletería, dos horas de felicidad a sólo nueve soles, una ganga) de la fantasía y la dicha mágica de esos mundos lejanos y fantásticos que se abren a nuestros corazones apasionados, en un écran de veinte por doce, mientras comparten una caja de canchita (maíz inflado, pop corn, pochoclo, etc., etc., etc.) súper salada y rociada con un delicioso sustituto químico de mantequilla, e intentan tiernamente despegar sus zapatos del piso pegajoso para irse a volar juntos y vivir durante dos horas una dulce historia de amor… (permiso voy al baño… me dieron arcadas…) … (ok… ya volví… ¿Alguien tendrá un digestivo? ¿No? ¿Nadie? Bueno… haré el esfuerzo de continuar)…

Salir al cine señores, señoras, señoritas e individuos que aun dudan de cómo debe llamarlos la sociedad, es un entretenimiento saludable, proporciona amenidad más allá del tiempo de proyección de la película, pues los minutos, horas, incluso días previos a la cita cinematográfica se huele la melcocha almibarada en el ambiente, los enamorados se miran y se sonríen embobados sabiendo que falta poco para que en plena oscuridad de la sala atiborrada de gente, la cabeza de ella repose cálidamente en el hombro de él, mientras suspiran como asmáticos en un invernadero en primavera y en cada escena de un beso fogoso, se animen a replicarlo con más ganas que estilo… Y de igual forma, cuando termina la dichosa función, saldrán infundidos de un amor reavivado al calor de un final digno de un Oscar, maravillados con la convicción del guapo protagonista a no dejar que lo alejen de su amor de juventud, y la fidelidad de la bella actriz que pasó quince años encerrada en un convento guardando la esperanza de volver a ver al hombre de sus sueños… Con todo eso, empezarán a exudar romance por los poros (así como exuda un obeso metido en un sauna), se dirán convencidísimos por lo que acaban de ver, que si los llegan a separar, se esperarían toda la vida… que su amor es más fuerte que el mismo tiempo y sellarán todo, todo, todo con un beso… ¿Qué lindo verdad?... Pero nooooooooooo…

Alerta señores, esto del cine en pareja es una putada… sí, es un cliché comercial que nos venden desde que la televisión hizo de la industria cinematográfica un negocio poco redituable. Así es, cuando no había televisión todos iban al cine, y se ganaban millones casi sin esfuerzo, pero con la televisión quién cojones se iba a ir a un cuarto cerrado, oscuro, que huele a moho, rodeado de desconocidos, a ver a dos pendejos besándose el 80% de la película, y encima pagando!!!!... Así que las grandes mentes de la industria maquinaron todo un ataque subliminal, para dejar programada en la conciencia del colectivo consumidor, que el cine es un lugar perfecto para una cita. ¿Por qué?, sencillamente porque así capturaban a un público más manejable (y sobre todo más gastador), apelando a la asistencia de dos personas, o sea dos entradas, sabiendo perfectamente que tienen un consumo en la confitería más que asegurado, y que apañados por la pseudo intimidad que hay en las salas de los cines, los aturdidos enamoraditos volverán una y otra y otra y otra vez…

Señores, ahí hay negocio fijo, o acaso nunca se han dado cuenta que Hollywood saca cada dos por medio alguna “comedia romántica”, siempre con el mismo argumento, salvo mínimos matices para que nadie sospeche… Ahhhh, no se habían dado cuenta… Todas tienen el mismo esquema argumental… chico conoce chica, chico y chica se enamoran, chico y chica desconocen los sentimientos del otro, chico y chica pasan mil peripecias por su amor, chico y chica se besan, chico se coge a la chica, chico y chica son felices… fin… No seas mamón goooooey… es lo mismo en todas, pero aun así cada que se estrena alguna de estas películas que jamás han ganado un premio, ni siquiera una mención honorífica, las parejitas acuden como zancudos atraídos por la luz fluorescente a las boleterías para pedir “dos entradas por favor”… Esta es la sucia estratagema de los magantes de la meca del cine, así gastando tres dólares en producciones insulsas, obtienen ganancias jugosísimas a costa de nuestra ingenuidad, fantasías y por qué no decirlo… calentura hormonal…

Yo no tengo nada contra el cine en sí mismo, es más soy un cinéfilo confeso, todo un fanático del cine, pero del cine del bueno… Además soy de la idea de que al cine se va o solo o con amigos, pero no en pareja. ¿Por qué? Seguro se preguntará algún lector que no tiene nada mejor que hacer en este momento que meterse a este blog y desperdiciar valiosos minutos de su vida. Pues bien, ahora mismo te contesto…

En primer lugar, el cine es un lugar idéntico a una biblioteca (¡¡¡¡hasta te piden apagar el teléfono celular!!!!)… uno entra ordenadamente, se sienta, guarda silencio, observa con atención lo que fue a observar, se levanta en silencio, y se retira hasta la siguiente oportunidad… No es un sitio al que vayas a hacer bulla, chacota, ni a desenfrenarte amorosamente a vista y paciencia de todos… no, no, uno va a ver una película, calladito, quietecito y punto. Por eso es preciso cuando uno quiere distraerse con tranquilidad, por ejemplo, estás en tu casa aburrido, miras el periódico y ves que hay una película interesante sobre la visión pesimista del mundo de un homosexual veterano de la guerra del golfo que ahora se dedica a la horticultura artística, atrapado por tan humana vivencia te alistas, te vas, te sientas y te dejas atrapar por la historia que ves, y al acabar con las mismas sales despejado, relajado y listo para volver a tus quehaceres diarios. Y si vas con amigos es igual, van, se sientan, y al salir comentarán con severo sentido crítico la calidad del film, se iniciará un debate cinéfilo y se pasará un muy buen momento compartiendo opiniones, reseñas y puntos de vista. Además, recordando las palabras de mi maestro Manolissimo Eyzaguirre, la función del cine es contar historias… no servir de telón para que los enamorados se besuqueen impunemente…

Y en fin, si llegas a ir con tu novia/enamorada/agarre/trampa/amiga cariñosa a ver una película, es inevitable que terminen enredados como un par de pulpos epilépticos, haciéndose un sondeo topográfico bucal, buscándose caries mutuamente y adivinando qué fue lo que comieron en el almuerzo… en el ínterin de tamaña demostración de arrechura afecto, te vas a perder partes de la película. Con suerte esas partes serán relleno intrascendente entre secuencia y secuencia, ¿pero si no es así? Si en pleno arrumaco te perdiste el momento clímax (por andar en el tuyo propio) de la trama, cuando el maligno Darth Vader le revela a un maltrecho Luke Skywalker que es su padre… o cuando Ephialtes es rechazado por Leónidas y decide traicionar a los espartanos… o cuando V se enfrenta a cuchillazo limpio contra un grupo de fulanos armados y el repulsivo Mr. Creedy… en fin, el punto es que te puedes quedar perdido en la trama cuando al despegar tu lengua de su glotis, te vuelvas hacia la pantalla y no entiendas un sorete de lo que está pasando, y cuándo le preguntes a tu acompañante romántica “amor, este… qué… ¿qué paso ah?… ¿por qué esta llorando Luke? /// Ah no sé ah, pucha gordito fácil es porque ese robot negro le cortó la mano pues /// Ahhhh pucha, mi ratona es bien inteligente (y vuelve a enredarse hasta quedar anudados como los pelos de las axilas de Russell Crow)… Al final de todo esto, cuando salgas tu jurarás que la película fue mala porque no se entendió un carajo, la historia tiene muchos agujeros y no se puede seguir la línea argumental… creerás que has gastado veinte soles por las puras, y probablemente le recomiendes a tus amigos que no la vean porque es aburridísima… ¬_¬ … ¡Que no va muchachos!!! ¡NO VA!!!… Para qué van al cine entonces, me pregunto yo… si van en busca de un sitio oscurito donde prodigarse caricias calentonas, pues hay muchos hoteles baratos donde no pagan la luz… o pucha, quédense en su casa, pongan la televisión con alto volumen, apaguen las luces y comiencen a devorarse las mandíbulas… o en última instancia, hay varios callejones con postes malogrados… si al final lo que les preocupa no es que haya gente alrededor… desvergonzados… jum!...

Y lo peor de esta situación es que si recurren al cine como desfogue de sus calenturas genitales, la cosa es complicada… ni siquiera hay comodidad para que hagan sus cochinaditas, los asientos son individuales y siempre están separados por los apoyos donde están los posavasos… no hay mucho espacio entre tu fila y la fila de adelante, apenas y entran tus piernas si te intentas echar un poquito más… podrá estar oscuro pero la vista se adapta rápido y además la luz de la pantalla llega a iluminar la sala, así que la privacidad se va al sorete… estando sentado la sencilla labor de bajar un sierre es tremendamente jodidamente insufriblemente complicada, y ni qué decir cuando se trata de unos jeans con botones, te lastimas los dedos lidiando con ellos y lastimas a tu compañera sentimental con los intentos… si han comprado pop corn o alguna bebida, tiene que hacer malabares para dejarlas a un lado y que no estorben más de la cuenta, y en tanto ajetreo ¡ZAS! todo al piso… como la posición es realmente incómoda no importa que tan bien la estés pasando, en algún momento tu cuerpo pedirá tiempo fuera y te exigirá reubicarte, con lo que rompes la pasión del momento y ahora en tu nueva postura tienes que ver cómo te acomodas para continuar con tus deberes de macho… si todo va bien hasta ahí, no falta que la emoción les haga soltar algún sonidillo que deberían haberse guardado, y las cabezas comenzarán a girar hacia ustedes, y como si fueran los primos hermanos de Flash, se separarán en el acto (del acto) y fingirán con pésimo resultado, que no estaban haciendo nada pernicioso ni pecaminoso… y finalmente, considerando que son un promedio de dos horas a hora y media por película, y pues con todo el esfuerzo que han hecho, para cuando salgan del cine ya estarán tan cansados (habiendo hecho prácticamente nada) que la proximidad de un coitus ayquericus es improbable, y seguramente será ella quien te dirá Ay amor… ¿quieres más? No seas goloso oye, además ya es tarde y tengo que llegar temprano a mi casita… (miras el reloj… son las 7 pm… ¬¬’ )así que te quedas con las ganas como burro en primavera, con veinte soles menos en el bolsillo, y sin saber de qué carajos trataba la película… Créanme que todo esto es jodido, verdaderamente jodido… pfff… (al menos eso me han dicho mis amigos a quienes les ha pasado… ejmmm…ejemmm… [ ... ]… ok… sigamos… )

En segundo lugar, si lo analizan bien, el cine no es la opción más romántica para desperdiciar una velada en pareja. Sí, bueno, pueden besarse y meterse mano todo lo que quieran, pero eso no es romance… al menos no como yo lo veo… sino vamos a terminar editando el poemario de Rocco Siffredi “100 poses para hacer el amor, y un gemido desesperado”, como el culmen del romance moderno… No lo creo… Romance mis amigos, es caminar por el muelle a las 6 de la tarde, con el viento jugando con su pelo, mirando los colores encendidos del ocaso, usando de pretexto el frío del ambiente para robarle un abrazo, y usando como soundtrack el bramido de un mar celoso, y unir sus siluetas en un beso que entibie sus corazones… Cojones!!! Eso es romance… lo otro ya lo dije, es sólo arrechura disimulada… y ni tanto… Una vez más, si lo que quieren es ir a darse el lote, búsquense un lugar más apropiado, porque la función de 4 de la tarde de “La era de Hielo 3”, no lo es… Además, si es que tienes la suerte de tener una pareja que sabe como calmar sus apetencias carnales, y guarda la compostura, pues ir al cine con ella sería lo mismo que ir solo… ambos se sentarán uno al lado del otro, pero no dirán una palabra durante los ciento veinte minutos de proyección, a lo más cada unos exclamará de cuando en cuando “Aaaasu”… “N’oooombre”… “Puccccta”… “Ayyyy”… y alguna risa a causa de un gag cómico… pero a nadie le gusta hablar mientras ve una película… aparte que no creo que a los demás asistentes les guste tampoco… O sea, vas con compañía para una actividad que per se (como adoro decir eso) no es para disfrutarla estrictamente acompañado… Niños, no es jugar damas o Monopoly… es sentarse en silencio a ver a Chuck Norris partirle la padre a cuatrocientos cincuenta ninjas fisicoculturistas… eso no necesita comentarios ni diálogos en tiempo real… ya si quieren pueden hablar después…

Y ya que estoy en eso… puede que a uno de los dos no le guste la película que han ido a ver, no a todos nos gustan las películas hongkonesas de autor, ni las películas de animación sobre dragones en el Titicaca… pero como no podemos permitirnos el plantar la semillita del desaire a nuestros “amorzotes”… no, no, impensable… así que me soplo la dichosa película para que el otro esté contento, sino después ya no me quiere cuchi cuchi… y eso sí que es impensable… El punto es que en dicha situación, el aburrimiento de alguno se hará evidente, lo que podría incomodar al otro, o si por el contrario, parece bailarle la macarena en el conducto deferente, pues será el miembro aburrido de la pareja quien ahora no sólo estará apelmazado por tener que tragarse un bodrio fílmico, sino que estará molesto porque esto parece no importarle a su contraparte… ello devendrá en una posterior discusión, resentimientos, fricciones, incluso posibles mandadas a la mierda… todo por algo tan estúpido como pensar que ir al cine en pareja es divertido… Para tal caso, que cada quien vaya a ver lo que le provoque, cuando le provoque, y si quieren verse, coordinen un encuentro a la salida de sus respectivas funciones… Amor, mira yo entro a ver “Masacre Zombie en la Mansión Play Boy II” y salgo a las nueve /// Okis corazoncito de mi vida, yo voy a la de “Legalmente rubia con mi plata” y te veo aquí a las nueve y media /// Ya, genial, yo te espero /// Listo, nos vemos, te amo /// Yo también… Díganme si no es bonito eso… así todos contentos, se mantiene la pureza del cine, y luego cuando se encuentren tendrán mucho más de qué conversar, propiciando el diálogo entre la pareja y como andarán de buenos ánimos, la cópula se hace inminente :D

En tercer lugar, y relacionado con lo anterior, es que precisamente como no a todos nos gusta lo mismo, reaccionamos de distintas formas ante los estímulos visuales en una película… y a veces las reacciones de agrado son más escalofriantes que las de repulsión… Por ejemplo, convences a tu novia de ir a ver “Festival Caníbal CLXIII”… con la esperanza de que el pánico la mantenga pegadita a ti durante toda la insania antropófaga que la has llevado a ver… pero nooooooo… ella se divierte más que tu, babea viendo como se comen unos a otros, se ríe a carcajadas con el humor negro entre muerte y muerte, juega a asustarte diciéndote “uy… creo que tengo hambre… se me antoja un poco de cerebro”… y te clava una mordida que te hace apelar a tu orgullo de hombre para no soltar un “aaaaaaaaaaay, pinche vieja, ya estate quieta… ta‘mare… mala hora que te traje… si hasta pareces la niña del exorcista… no mams… no mams…”… Tú te pasarás la película lidiando con la idea de que a tu chica le gustan más las tripas, la sangre y los mutantes comegente que a ti mismo… y eso será devastador para tu orgullo, aparte que en adelante ya no podrá librarte de ella cuando quieras ir sólo o con tus amigos a ver alguna película de terror, porque ella automáticamente se auto-invitará a ir con ustedes, te empezará a caer molesta, y en algún punto del camino su recién descubierta fijación con el cine gore te espantará tanto que después de cada beso pensarás si lo hace porque te quiere o te está probando a ver qué tal sabes… y te revisarás la boca en el espejo del baño para ver si no tienes mordidas… te volverás un paranoico con delirio de persecución y acabarás vomitando espuma a causa de una sobredosis de ansiolíticos… No creo que les guste ese, ¿o si?

O en el caso de las chicas, cuando fuerzan a sus galanes a ver romances tan prefabricados al estilo de “Como si fuera la primera vez”… “Muy parecido al amor”… “Como si fuera cierto”… y esperando una minúscula cuota de consideración hacia sus gustos femeninos, como mucho… se topan con que la emotividad de su novio es propia de un fan acérrimo de Corin Tellado… suspira, se emociona, suelta risitas tontas, se lleva la mano al pecho cuando le pasa algo al protagonista, y solloza enternecido cuando aparece “The End” en letras blancas sobre un fondo negro… Un poco de sensibilidad a cualquier fémina le gusta… pero esas muestras ya exceden los límites permitidos de intromisión de progesterona en la psiquis de su macho de pelo en pecho (el cual secretamente se depila)… La pobre muchacha se quedará pensando al respecto, dudando si esas fantasías de las que le hablaba, donde se ponía su ropa interior y le hacía un lap dance no habrá tenido otra intención subrepticia… de inmediato prohibirá la entrada a su cuarto y se pondrá a corregir hasta el más mínimo asomo de delicadeza en su “hombre”… y ay! de él si acaso entre amigos se le sale una broma de contenido maricón… recibirá una reprimenda tal como si hubiera sido encontrado calato en el camerino de Angobaldo… todo ello obviamente terminará por aburrir a los dos, a ella porque la paranoia no la dejará en paz… y a él, pues porque no lo dejan ser… ummmfff…

En fin, que al cine uno va a divertirse y entretenerse viendo una película, no a lo que la mayoría de noviecitos va… Entiéndanlo muchachos, no se trata de un lugar para citas, sino de un espacio para el sano esparcimiento, sea solitario o acompañado… pero carece de todo romance… A ver si lo entendemos de una vez… ¬¬ … Puede ser que lo usen como previo a una cita, como actividad compartida por afinidades comunes, como distracción para una tarde sin nada más que hacer… pero definitivamente no es la cumbre de la celebración del amor que nos tienen acostumbrados a creer… Bueno, ese es mi mensaje y mi ejemplo, mis queridos tres lectores… Vayan al cine, como yo, a apreciar un buen relato audiovisual y a reflexionar sobre las diversas formas en las que podemos ver a nuestro mundo a través de los ojos de alguien más… y todo eso por qué… porque soy una persona serena, controlada, muy centrada, culta, que aprecia el arte en todas sus manifestaciones… pero sobre todo… porque no tengo novia T_T…

Dammit…

1 comentario:

Azul dijo...

No tienes porque no quieres...
Yo aquí sigo hecha la pava ¬_¬...
oye pásame más fotos :0D ¡¡¡¡!!!!