domingo, 6 de enero de 2013

Universos Paralelos




Te sentaste en el espacio vacío que había a mi lado. Creo que te diste cuenta que no era una casualidad, estaba ahí a propósito.
Comenzaste, como siempre, con tu típica (y fascinante) forma de romper mis hielos cuando te tenía cerca. Antes de darme cuenta ya sentía el sonoro beso, tibio y prolongado, que me disparabas a un lado de la frente. Yo portaba, torpemente, el estandarte de la indiferencia. Tan desquiciante para ti, pero nunca tanto como para mí mismo.
-¿Qué haces aquí solito?- Preguntaste sin dejar de mirarme.
-Nada, G. – Mentira – Haciendo hora hasta que mi viejo me llame para ir a comer con unos tíos que han llegado – Mentira, otra vez.
-AhY¿Viste lo que te mandé? – Tu mirada migró en un segundo hacia el vacío que llenaba la pared frente a nosotros. No te culpo, al final y casi me culpo a mí.
-ErhSí… GraciasMe gustó – Era floro al mango. La leí hasta desgastar las letras del papel. Jamás había leído algo con tanta reiteración. Nunca, ni en mis 5 años estudiando Derecho.
- ¿Y...?- Sé que no querías mirarme mientras preguntabas eso. Por eso valoro tu esfuerzo de anclar tu mirada en mis ojos distraídos a la fuerza.
- No sé… No sé qué quieres que te diga G. – Tus ojos. ¿Cómo carajo resistí esos ojos? – Tú sabes que te quiero un huevo…
- ¿Pero? – Maldita palabra entonada como pregunta que te obliga a seguir hablando cuando lo más prudente era dejar ahí la conversación.
- Pero no estoy seguro de que coincidamos en esto – Mentira una vez más. Me cagaba por ti.
-Ah… Pero… Emm… ¿Estás seguro? – Tu mirada regreso a la comodidad del vacío de la pared frente a nosotros.
-Creo que sí. O sea, eres de puta madre, ya te dije que te quiero un montón – Y más todavía. – Pero no sé si sería lo mismo de otro modo. Me entiendes ¿No? – No me entendía yo y tenía el cuajo de querer lo entendieras tu.
-Sí, supongo… Aunque pensé… - Silencio prolongado. No quedaba otra que acompañar respetuosamente tu silencio. - Pensé que aún quedaba algo… Tu sabes… Todo fue tan… -Interrumpir es un pésimo hábito, pero no necesitaba que me recuerdes días previos. Yo también estuve ahí. Sé bien como fueron.
-Sí, sí, ya… Pero las cosas nunca permanecen igual, menos las de este tipo. Y ya te dije, no es que ya no sienta nada, pero ahora lo que siento me sabe diferente… Y por lo que escribiste, creo que a ti todavía te sabe a lo mismo.
-Supongo que tienes razón… Vamos a ritmos diferentes… Al menos acabo todo en buen plan – Todavía no sabes cómo fingir una  sonrisa.
-Igual siempre voy a estar aquí para lo que quieras, G. Para lo que quieras eh, en serio – En serio.
-¿Siempre?
-Siempre es mucho tiempo… Digamos que hasta que sea necesario – Ya no te importaba falsear una sonrisa. Yo seguía falseando la mía.
- Te sonará recontra imbécil y de niña cojuda, ya… Pero a veces pienso que tu eres el amor de mi vida… - Sí, me sonó de niña cojuda. Pero yo también llegué a sonar como un niño cojudo.
-Mmmm… No, nada que ver. Es más ¿sabes? Yo también pienso eso de ti
- De… ¿De verdad? – Debiste ver tu cara. Ese brillo.
-Sí. Tengo que admitirlo - Me quedaste mirando. Seguro esperabas que estas palabras fueran el comienzo de una avalancha sentimental, y que en cualquier segundo te abriría mi corazón, dejaría fluir las emociones, sucumbiría al romanticismo que alguna vez te mostré. Cursilerías. A estas alturas ya no.

Pero el silencio incómodo de apenas breves segundos, que se sintió como un viaje alrededor del mundo tenía que romperse.

-Estoy convencido de que tu eres el amor de mi vida… En algún universo paralelo.

...

Take that... bitch


No hay comentarios: