sábado, 28 de agosto de 2010

Ya que chucha...


Apenas y hace un par de horas que estábamos reunidos en casa de Alex, Mauricio, Jaime, Cindy, Patty y yo, alocándonos con terminar un trabajo grupal de la Universidad… y mírennos ahora, estamos bien sentados alrededor de una banca en un parquecito bien caleta, ellos tomando vino, chela y sacaverdades y yo recontra “zanahoria” con mi botella de agua San Luis sin gas en la mano… Es uno de esos días en los que sin haber terminado lo que tienes que hacer, sin más te rebelas y sales a distraerte de la mejor forma que conoces, confiando que al regresar, ya más despejado, terminarás todo en un santiamén y si no, pues siempre se puede apelar al consabido “ya que chucha” y seguir adelante sin rastros de remordimiento…

Se suponía que nos habían dado la tarea de armar entre los 6 una exposición sobre los procesos “Obligación de Dar suma de dinero” y “Desalojo”, para la clase de Procesal Civil… la temática de las exposiciones no era la típica perorata unipersonal con un papelote de fondo decorativo… sino que querían que interpretáramos los personajes que intervenían en ambos procesos y así expusiéramos el cómo se realizan en la vida real… Sobra decir que parece sencillo, pero ciertamente es más fácil el escribir todos los conceptos en un papel sábana y luego salir a leerlos para rematar con un gracias y sentarte… aquí necesitábamos armar algo creíble y acorde a lo que sucede en realidad, interpretando personajes sólidos y que no terminaran siendo apabullados a risas…

A mí en lo personal me gustó la idea, pero a excepción de Patty, los demás despotricaron duro de la iniciativa de nuestro profesor, pues les parecía una pérdida de tiempo y consideraban que en poco o nada serviría para los demás el ver como 6 monigotes hacían la pantomima de un abogado, un demandante, un demandado y su abogado defensor, un juez y un secretario… Pero se tuvieron que soplar la inconformidad pues esa expo significaba cerca del 30% de la nota final…

Habíamos llegado puntuales ese viernes a casa de Alex, que siempre es la elegida porque tiene un patio bastante amplio en el que podemos sacar una mesa, unas cuantas sillas y trabajar en un ambiente fresquito que incita a la procastinación y a perder el tiempo… Cindy había llevado su laptop y para cuando llegué ya estaban creando el perfil de los personajes junto a Patty y a Alex; no habrán pasado más de 15 minutos de que yo llegué y en la puerta ya estaban parados Mauricio y Jaime, con lo que quedábamos completos…

El tiempo iba pasando, los matices cerúleos del cielo se fueron tornando negros, y para ser sincero no habíamos avanzado mucho… Yo les dije que debimos haber avanzado antes, pues la tarea tenía ya 3 semanas en nuestra agenda, pero recién – y fieles a nuestro estilo – nos habíamos puesto a trabajar faltando un fin de semana para presentarla… Patty intervino para respaldarme y Jaime sólo lo hizo para quedar bien con Patty, mientras que las miradas de Mauricio y Alex claramente nos mandaban callar porque igual ya no había nada que hacer…

Continuamos dando ideas, diciéndonos unos a otros que podríamos hacer para mejorar nuestro personaje, que cosas llevar, en que situación presentar a los implicados para darle realce, quien le podía prestar una medalla a Jaime para que se ataviara como un juez de verdad, y cosas así, cuando una llamada al móvil de Cindy nos hizo darnos cuenta de que llevábamos hablando cerca de 3 horas pero que en realidad no habíamos avanzo mucho… Optamos por ponernos serios y haciendo un firme propósito de acabar nos metimos de lleno y sin distracciones a armar nuestros diálogos, usando separatas, códigos, y apuntes para que sonaran en extremo profesionales, aunque todos sabemos que muchos abogados de verdad apenas y pueden hablar bien…

Para eso de las 10 ya teníamos terminada una de nuestras representaciones y algo más del 50% de la otra, así que nos animamos a tomar un pequeño break. Alex trajo del refrigerador un par de latas de cerveza, que en teoría tendríamos que compartir todos de sorbo en sorbo. Como todos saben mi negativa a tomar alcohol salvo que sean tragos cóctel – o maricones como ellos les decían- me fui a una bodega a comprar una botella de agua mineral, sin intuir que al haberles puesto en conocimiento mi intención me vería forzado a traerles unas botellas de cerveza para que “no se queden con la sed”… 10 minutos tarde en regresar con 3 botellas de Pilsen y una de Agua San Luis, encontrándolos la mar de sonrientes oyendo algo de la selecta compilación de cumbias que tenía Cindy en su computadora. Las cervezas que yo había llevado se terminaron bastante rápido y yo notaba en su hablar la vocación de dar por concluida la sesión académica del día y comenzar con la juerga respectiva del fin de semana…

Alex subió a su cuarto y bajó con una botella de vino barato y una chata de ron que tenía escondidas entre sus ropas y nos advirtió que nos las podríamos tomar, pero en su casa no, porque si no sus papás le armarían chongo, pues sus amiguitos habían ido a estudiar y no a emborracharse… Todos asentimos que estaba bien, que podíamos salir por ahí y encontrar una esquina confortable donde quedarnos a tomar… ¿Y el trabajo? Pregunté… Ya está casi terminado viejo, no te hagas paltas, mañana en la tarde quedamos por internet para terminarlo y ya que chucha… Sí… ya que chucha… esa frase que tantas veces pone fin a las cavilaciones más enredadas… Vamos pues… ya que chucha…

Alex dijo que nos iba a acompañar hasta la avenida para que tomemos nuestros taxis… Los voy a acompañar a tomar, mamá…sus taxis… No le he mentido a mi vieja, yo le dije que los iba a acompañar a tomar, ¿sí o no?... Deambulamos por un par de cuadras pero en todas nos daba corte el sentarnos a tomar, porque para ser cerca de las 11 de la noche todas estaban bastante transitadas… Puta madre, es porque es fin de semana huevón, nos vaya a ver una amiga de mi mamá y me van a cortar las bolas en mi casa… Ya sé, vamos al parquecito de Villareal… No hubo que decir que sí, todos comenzamos a caminar, y eso ya era suficiente afirmación. Cruzamos un par de pistas, 6 cuadras de frente y 2 volteando a la izquierda, derechito por un pasaje medio oscuro, ahí nomás pasando un jardín para chibolos… Nos sentamos en una banca y sus alrededores y descorchamos el vino de Alex… Puta madre… los vasos huevón… Oe pero por aquí vende la tía del sacaverdades, le compramos una botellita pues, de paso que nos da vasitos… Sale…

Hicimos el pozo respectivo –aunque uno no tome no vaya a tomar, cuando estas en grupo te ves forzado a cooperar económicamente con tus pares- y juntamos los suficiente para comprar dos litros de ese dudoso licor de aguardiente y jugo de maracuyá… Jaime y Mauricio volvieron al rato con las dos botellas rebosantes y un juego de 4 vasitos plásticos, todo listo para comenzar… Primero atacaron el vino, pues a las chicas les parecía más apetecible que ese aguardiente endulzado, además que ya bien entradas en calor y con el sentido del gusto relegado a segundo plano, cualquier cosa que tenga alcohol en bien recibida… Sin exagerar, no pasaron ni 20 minutos y del vino no quedaba ni gota, el color se colaba por las mejillas de todos, sus lenguas comenzaban a tropezar cada vez con más frecuencia y hasta el vuelo zigzagueante de una polilla era motivo de risas… Alex, que tenía más resistencia al trago como fruto de un arduo entrenamiento desde que estaba en el colegio, me dijo que lo acompañara a comprar algo de comer, para que a los muchachos se les bajara un poco lo picados, yo dije que sí porque de paso quería comprarme otra botellita de agua antes de caer en la tentación de tomar con ellos… Regresamos donde los muchachos con unas cuantas galletas y algo de chocolate para las chicas, bien confiados en que con eso se repondrían un poco, pero menudo follón encontramos, ya habían abierto el primer sacaverdades y por lo visto las chicas ya no le hacían ascos porque lo apuraban a vaso lleno entre la típica ¡Seco! ¡Seco! ¡Seco! ¡Seco! que coreaban quienes no tenían turno para beber. Puta viejo, estos huevones ya están picados… guardamos las cosas para después, no hay de otra… Sí pes… ya que chucha…

A la primera botella de sacaverdades que se acabó le siguió rápidamente la segunda, que en un arranque de valía etílica mezclaron con el ron que Alex había llevado… y por más que el alcohol ya afectaba su hablar y algo de su andar, se las arreglaron para juntar para un litro más… Alex, picado pero consciente, intento hacerlos desistir de su idea, pero las cuatro voces que le decían que sí, que como las huevas, que estaban bien y que era para brindar porque todos somos bien patas terminaron por apabullarlo y sólo le quedo acompañar a los tambaleantes Jaime y Mauricio, rogando que la señora que vendía el trago ya estuviera bien dormida o ya no tuviera más stock. Yo me quedé a acompañar a las chicas porque era el único sobrio y todos sabían que no era mi estilo el flirtear con mis amigas, ni aprovecharme de su etílica condición, cosa que ya tenía en su haber el buen Jaime. Las pobres no paraban de hablar sin que yo entendiera un carajo de lo que decían, por ratos parecía que hablaban de que los hombres son una mierda, pero luego Cindy balbuceaba algo sobre su enamorado y lo maravilloso que era, Patty hablaba que los abogados van a cambiar la sociedad, que los carros contaminaban mucho y que se le había movido la toalla… Hombre, aburrido, lo que se dice aburrido, era difícil de estar. Al rato regresaron Mau y Jaime sonrientes y bailarines, y Alex evidentemente incómodo pues la señora ni dormía ni se había quedado sin alcohol que vender, y estos zánganos habían echado mano a la plata que tenían para volver a sus casas y habían comprado dos litros más…

No sé cuánto tiempo habrá pasado desde que los chicos volvieron y destaparon el tercer litro de aguardiente, pero yo veía a Patty quedándose dormida en el mañoso hombro de Jaime, a Cindy moviendo la cabeza de un lado al otro y a Mau abrazando a Alex diciéndole que era un pata de la “conche su mare” y que lo quería como mierda… Yo moría de sueño, pero no podía irme dejándolos así, abandonados a su suerte, menos habiendo dos chicas. Le dije a Alex, que aún mantenía algo de su sobriedad, que mejor botáramos lo que quedaba de trago y que lleváramos a los chicos a sus casas, y quedamos así. Cogimos la última botella y ya la íbamos a derramar sobre las pobres plantas cuando Jaime nos paró con un sincero y sonoro “Oe piensa huevón… estás botando el trago!!!”… En vano fue explicarle que ya era bastante chupa para un día, que ninguno había pedido permiso para llegar tarde, y que encima iban a llegar tomados cuando se suponía que estaban haciendo un trabajo en grupo, Jaime cogió la botella y a pico dio un buen sorbo, se la paso a Mau que por acto reflejo hizo lo mismo, por suerte ninguna de las chicas estaba en posición de aceptar más trago -así quisieran- así que entre los dos secaron la botella.

Ahora la cuestión era cómo carajo los dejábamos porque siendo 6, en un taxi no entrábamos, y todos estaban bien hasta su culo como para caminar hasta casa de Alex, dejarlo a él y luego los 5 apretujarnos en un tico para ir casa por casa. Como Alex aun hacía gala de su resistencia alcohólica quedamos en que no había de otra que caminar, pues de todos modos por ese parquecito no pasaban muchos taxis… Vamos nomás viejo… llegando allá les doy cafecito y ya cada uno a su casa pues… Vamos pues, ya que chucha…

Alex sostenía por un lado a Jaime y por el otro a Cindy, y yo hacía lo propio con Mauricio y con Patty. Ni me pregunten como pudimos llegar, pero llegamos, por suerte Alex tenía llave y así evitamos el encuentro con sus papás. Entramos con cuidado y acomodando a los chicos en la seguridad del pasto, los dejamos echados para que descansarán un poco. En la mesita que horas antes nos cobijaba mientras trabajábamos estaban los celulares de Cindy y de Mauricio, que por suerte la mamá de Alex no vio. Joder! 27 llamadas perdidas y 5 mensajes para Mauricio… 32 llamadas perdidas, 4 mensajes de texto y 5 mensajes de voz para Cindy… pobrecitos… en su casa les van a sacar su…

Alex se olvidó del café y yo también porque ahora lo importante era que llegarán cuanto antes a sus casas. Los levantamos y salimos a esperar que pasara un taxi amplio y con pinta de ser seguro, no nos tomó mucho rato porque por ahí pasó un señor algo mayor conduciendo su vehículo y nos preguntó si queríamos un taxi. Ya yo me encargo man… tu anda descansa, yo llevo a estos cojudos a sus casas… ¿Seguro, viejo?... Si man, alguien tiene que llevarlos… Si pues, ya que chucha…

18 soles me costó todo el chiste de buen samaritano, pero eso no era el roche… también me costó que me sermonearan de a gratis los papás de Patty, Cindy, Jaime y Mauricio… aunque claro… no fue nada comparado con lo que de seguro les iba a tocar a ellos al día siguiente… pero bueno… terminé volviendo a mi casa recontra tarde, cansadísimo, oliendo a trago barato, con 25 soles menos en el bolsillo y completamente sobrio…

Son los gajes de salir a divertirte con tus amigos, y aunque a veces no la pases tan bien, es chévere ir guardando esas anécdotas que luego recuerdas con un tufillo a nostalgia

Y sobre el trabajo… bueno, al final no nos reunimos de nuevo el fin de semana –todos salvo yo estaban castigados y sus viejos ya no confiaban más en lo de “papá voy a hacer un trabajo para la Universidad”- El lunes nos encontramos media hora antes de exponer y terminamos improvisando un diálogo para el segundo caso… No nos jalaron, tampoco fuimos los mejores, pero la vaina era cumplir… Salió chévere ¿no, viejo?... Ya ves huevón, yo te dije… Si pues, ya qué chucha…



Roids… are you ready for? Parte 2


¿Pero acaso sería tan malo el caer ante la tentación de soportar un piquetito en la nalga, y ver como se me encogen los gumaros a los cuales ni uso les doy, para recibir la bendición de carnes turgentes y magras sobre mis blancos huesos?...

Con esa pregunta me quedé la vez pasada…. Y bueno valgan verdades y aunque me cueste perder más del alicaído respeto que ostento de mis congéneres, pues debo reconocer que de no ser por el factor económico yo sí me animaría…

Y para qué nos vamos a engañar…si mi cuenta bancaría tuviera los mismos ceros a la derecha que los que posee a la izquierda, hace rato que me hubiera comprado esos químicos tan satanizados y estaría hoy por hoy convertido en una especie de Jean Claude Chuchasnegger Balboa… Y antes de que por ahí salten a decir “pobre sonso, le falta autoestima”… “que superficial”… “huevón, cree que por estar así las chicas lo van a mirar”… pues no se me confundan… mi intención no es la de volverme el Prometeo del nuevo milenio, ni aparecer en tanga en la portada de Men’s Health bajo el encabezado de “Los 10 desconocidos más sexis del verano”… para nada… a mi siempre me llamó la atención la idea de que el cuerpo de un hombre que se precie de llamarse así, debía ser un homenaje a su poder, a su virilidad y a su masculinidad bruta, como contraparte a la sensibilidad y al dulzor de sus emociones y su arte… vamos, un equilibrio perfecto… algo así como un osito de gomita dulce envuelto en la piel de un Ursus arctos horribilis - oso grizzly para los no entendidos-…

Es por eso que siempre soñé con verme algún día esbozando en mi silueta las bien torneadas y definidas líneas de unos músculos pronunciados… pero como es de conocimiento general, esos músculos no aparecen por arte de magia, a menos que seas un personaje de comic y te pique una araña radiactiva, te encuentres el mazo del dios del trueno, te bañen con rayos gama, o te den una pócima inventada por científicos del gobierno para combatir al flagelo nazi-comunista… Si vives en un mundo de verdad, tendrás que sudar, sufrir, padecer, llorar, vomitar, lesionarte, frustrarte, suplementarte y, por qué no, inyectarte… si quieres lograr ese objetivo.

Yo sería harto hipócrita si dijera que jamás me usaría esteroides o productos similares si pudiera, pues si por algún golpe de suerte monetaria, llegara a mis manos una pequeña fortuna, pues de seguro, y luego de haber cumplido con muchos otros caprichitos y haber fundado mi albergue para animales abandonados y rescatados, destinaría algo de mi nuevo presupuesto para abastecerme de algún químico que me garantice la transformación física que tanto anhelo…

Ya sé que por aquí vendrá de nuevo el tema de “¿y qué pasa con los efectos secundarios que tu mismo describiste?”… mmmm bueno, es innegable que son algo a tomar muy en cuenta, pero considero que son un precio razonable a cambio de una complexión hercúlea, aparte hay formas de contrarrestar esos efectos con suplementos vitamínicos y cosas así para proteger el hígados, el estómago, el páncreas y las pelotas… así que no habría mucho problema… claro que eso significa que habría que gastar más, pero bueno, si se tiene el dinero, en algo habrá que gastarlo, ¿no?...

Y sí, también seguro pensarán, si son lo suficientemente avispados, que cuando llegue a viejo de nada va a servir que haya tenido el físico de Charles Atlas, porque todo se me va a descolgar, me voy a poner aguadito y sin forma, y por haber maltratado tanto mi organismo voy a estar todo deteriorado y es muy probable que me muera a los 70 años de una falla hepática o de un ataque al corazón… pues si pensaron eso, son muy malos ¬¬… Pero naaa, o sea, es cierto que eso va a pasar, pero no sólo a los musculosos, eso le pasa a todo mundo… Todos, absolutamente todos, llegada una edad nos ponemos como pudines al sol, nos chorreamos como mantequilla en sartén y parecemos pasitas color carne… claro que todo eso es proporcional… si tú eras un flaquito casi anoréxico durante tu vida, no hay forma de que cuando seas viejo te descuelgues… ahí no hay carne que descolgar, sencillamente te consumirás de a pocos, te encorvarás y te pondrás más delgado aún, mientras tu piel pierde brillo, se resquebraja y se llena de manchas… ahora, si eras un robusto varón está claro que cuando se te vengan los años encima como una avalancha, pues su prominente abdomen se descolgará hasta rozarte las rodillas, donde antes había carne consistente ahora habrá algo parecido a un paté sin envoltura… y es que como digo, todo es proporcional… y pues si has sido un titán musculoso, cuando tu cuerpo no pueda sostener más esas formas, la gravedad hará su trabajo y lo que un día fue roca sólida ahora será arenilla húmeda… Es la ley de la vida… así que no es un argumento válido el decir que cuando te hagas viejo vas a acabar chorreado, aparte que hay grandes posibilidades de que por llevar una vida sana y de la mano del deporte, pues te conserves mejor que muchos de tus coetáneos… sino miren a Jack Lalanne, que a sus asombrosos 96 años y con muchos records y hazañas increíbles en su haber, se conserva mejor que muchos abuelitos sesentones que conozco…

En fin, que no está bien ser más papista que el Papa, así como tampoco está bien el ser un inquisidor que todo lo prohíbe, finalmente son decisiones que cada uno está en la libertad de tomar, siempre y cuando se tengan muy claras las consecuencias y no haya personas de por medio a las cuales se les pueda afectar con lo que se elija…

Yo le digo a los famosos roids un yes rotundo… pero como mi bolsillo no puede comprar ni una barrita de muesli… y de momento él es quien manda sólo me queda hacer la famosa dieta del ajo y el agua… Ajo-derse y Agua-ntarse…


lunes, 9 de agosto de 2010

Roids… are you ready for? Parte 1


Este tema probablemente esté tan manoseado como la tetamenta de Jenna Jameson, pero igual siempre da para más. Y es que no hay persona ligada al mundo del deporte que no haya tenido contacto –cercano, lejano, referencial, hipodérmico- con aquellos satanizados productos químicos que te garantizan un rendimiento muy superior a tus propias capacidades. Sí, me refiero a los tristemente célebres esteroides, o “roids” para los amigos.

No pretendo entrar en la sempiterna discusión sobre si son malos, terribles o nefastos para el organismo de su consumidor, o si por el contrario son la ambrosia del atleta que quiere llevar más oro colgado del cuello que 50cent en la gala de los premios MTV. No señores, simplemente me provocó hablar del tema porque vi (hace ya buen tiempo en realidad) un documental harto interesante llamado “Bigger, Stronger, Faster” (el poster promocional aquí) que aborda principalmente la hipocresía de los gringos respecto a la prohibición de los suplementos deportivos a base de esteroides anabólicos por considerar su uso como “trampa”, su debate en las más altas instancias del gobierno y de cómo la gran mayoría de norteamericanos aficionados al culturismo, atletismo, baseball o futbol americano no tendrían reparos en utilizarlos para optimizar su rendimiento.

Bueno, el punto es que la forma en que se aborda el tema es muy fresca, no redunda en la típica cacería de brujas, ni es una apología a las inyecciones indiscriminadas. Todo el documental transcurre en primera persona, narrando el caso de 3 hermanos y su relación con los anabólicos a nivel personal, profesional y familiar, pasando por entrevistas a deportistas defensores de su uso, médicos que proscriben su utilización, testimonios de ambas posturas y graciosas reseñas a personajes muy conocidos como Arnold Schwarzenegger, Hulk Hogan, Sammy Sosa, El Capitán América y muchos medallistas olímpicos. En conclusión sobre este documental, se los recomiendo, ahora prosigamos…

Yo llevo entrenando en el gimnasio -de forma intermitentemente regular- hace ya 4 años… sí, se dice mucho y uno esperaría ver resultados que asemejen tu figura a la de alguno de los forzudos que salen en el estelar del Wrestlemania de la WWE… pero recalco lo de “I-N-T-E-R-M-I-T-E-N-T-E”. La cuestión va precisamente por ahí, los resultados… es cierto que nadie está del todo contento con lo que Dios/Yave/Xenu/Buda/Alá/Inti/Ganesha le ha dado, y quien diga lo contrario tiene algo de mentiroso, por lo que ante la posibilidad de cambiar nuestra apariencia, aunque sea en lo más mínimo, no lo pensamos dos veces y hacemos hasta lo indecible para lograr esa tan soñada transformación… hay quienes con el dinero en el bolsillo van de frente a un cirujano y salen del quirófano listos para una sesión de fotos con Mario Testino, y otros –me incluyo- que si abrimos el bolsillo sólo sacamos pelusa, pues tenemos que hacerlo a la antigua, agarrando dos mancuernas y sudando como chanchos en el horno…

Yo entré por primera vez a un gimnasio en el año 2003 -aunque sólo estuve dos meses me bastó para hacerlo mi futura/presente afición- y fue en realidad para bajar de peso, pues de púber me caracterizaba por ser un “niño ballena” y no quería arrastrar ese trauma durante mi adolescencia y mi adultez… además que conocía ya bastante la superficialidad de nuestra sociedad y no quería morir virgen (bieeeeeeeeeeeen campeón… ¬¬ de bastante te ha servido… T_T me disculpan un momento por favor… whyyyyyyyyyyyyy???????????... ok… ya estoy bien) entonces fui con la intención de quemar todas las calorías que pueda, y así, poquito a poco le fui agarrando cariño a las pesas. Lo malo es que estaba en toda la época escolar durante el resto del año no tenía el tiempo de ir, por lo que el modesto resultado que obtuve durante aquel enero y aquel febrero, pues se fue a la mierda para junio –mis hábitos alimenticios no eran precisamente los más saludables-. Para diciembre había recuperado todo mi peso más un plus, y mis cebos desbordaban como una presa mal construida, y sin pensarlo dos veces me embarqué en una dieta estricta y en una rutina diaria de gimnasio que incluía spinning y varios tipos de abdominales… aquel 2004 entré a la Universidad y mis cebos chorreantes dieron paso a una lánguida figura que por debajo de las ropas carecía de forma… Para resumirles el cuento ese año repetí lo que me paso el 2003… pues pasado el verano (enero, febrero, medio marzo) abandonaba las mancuernas y las reemplazaba por el control remoto de la televisión… así me pasó el 2005 y el 2006…

Pero ya para finales del 2006 (noviembre para entrar a diciembre) estaba decidido a dar un cambio, ya no quería continuar albergando esa reticencia a desprenderme de mis vestimentas en la playa –a la que no asistía alegando intolerancia al sol… xD- ni viendo como no podía usar la ropa que me gustaba porque mi falta de forma y proporciones le arrebataba todo lo visualmente agradable. Y con todas esas volví al gimnasio pero con la leal intención de perseverar todo cuanto pueda… Duré desde aquél diciembre del 2006 hasta junio del 2007 y con resultados que me sorprendieron, pero que aún distaban de mis anhelos. El resto del año me tiré un poco al abandono por darle gusto a alguien a quien no merece la pena mencionar, y para el fin de año no estaba robustecido y macizo como al principio, sino que estaba pachoncito, me veía ancho pero era la anchura del efecto rebote…

El 2008 me sorprendió con revitalizada actitud, pero siempre me pasaba lo mismo, iba religiosamente al gimnasio unos 6 meses y luego abandonaba contra mi voluntad por 4 o 5 meses, para retomar en diciembre con la intención de superar ese temor a ponerme un bañador y salir a disfrutar del mar veraniego… Para el verano del 2009 me di el gusto pues me fui a una playa lejos de donde vivo… Máncora… y como uno de mis compañeros de viaje iba entrado en carnes, pues me sentí aliviado de cargar con la culpa de ser el voluminoso del grupo, pues aunque mi abdomen no era precisamente una tableta de chocolate, tenía mis brazos, pecho y espalda firmes y contundentes, de no haber sido por los putos brackets… la habría pasado mejor… pero anyway… En fin que por cuestiones de haber aprovechado mis ciclos mozos en la universidad pude darme más tiempo para ejercitarme como quería durante el 2009, y puedo decir que esta vez sólo interrumpí mi tiempo de entrenamiento por un mes y medio en total y bueno… ahora he tomado algo más de forma, he mejorado mi resistencia y puedo volver a practicar el otro deporte que me apasiona, las Mixed Martial Arts… Hell yeah!!!

Todo este preámbulo venía al caso porque, y como dije al inicio, son 4 años levantando pesas y uno pensaría que yo debería estar en competiciones de culturismo amateur o en algún spot publicitario diciendo algo como “I can’t believe it’s not butter”… Pero no, no es así… guarden los bolígrafos y sus camisetas, no podré autografiarlos niños… pues aunque han pasado cerca de 26 meses entre barras olímpicas, bancos romanos, poleas, discos acerados, mancuernas regulables y trotadoras elípticas… mi cuerpo aun no alcanza los volúmenes ni la apariencia de otros amigos míos que complementaron su dieta diaria con alguna ayudita made in U.S.A labs. O sea, tampoco me apendejaré y mentiré descaradamente diciendo que no he tomado proteína, creatina ni glutamina… pues si lo he hecho, pero encuentro la disculpa respectiva porque ninguna prohibición de las ultra preservadoras leyes yankees ha prohibido los suplementos vía oral, pues su base activa es, en el caso de la proteína, el suero de la leche de soya o la albumina de las claras de huevo pero concentrada, para que no tengas que atragantarte con 20 huevos duros al día… la glutamina y la creatina son para la energía y el desgaste y consumirlas así es sólo una forma de adquirirlas directamente en lugar de tener que comer mucho para obtener las cantidades que el cuerpo necesita bajo condiciones de entrenamiento intenso… así que no hay problema ahí… pues el problema aparece cuando tú, tomando modestamente tu proteína de 60 soles el kilo -20 dólares aproximadamente- entrenas con alguien que ha gastado 5 mil soles –unos 1666.6 dólares- en un ciclo anabólico que le da una fuerza animal y un aguante de actriz porno aficionada al gang bang… no es una competencia justa en realidad –entiendo así el punto de quienes dicen que tomar esteroides podría considerarse como trampa-.

A mí me ofrecieron esteroides, y creo que es normal que en un gimnasio, cuando identificas –y lo digo sin sonar pedante- a alguien que tiene un desempeño prometedor, que tomando pura agua de soya/soja entrena sin descanso y levanta pesos respetables (aquí sí seré pedante, porque puedo… hace curl de bíceps con 25/30 kilos por brazo… press banca con 100 kilos… sentadillas con 120 kilos… prensa con 270 kilos… extensiones de cuádriceps con 60 kilos… levantamiento militar de hombros con mancuernas de 25 kilos y 50 kilos disco en barra olímpica… 400 abdominales en cuatro series de 100… y luego hace 25 minutos de tae-bo … je je je) pues siempre se le acerca alguien que le crece el ego con frases como “estás grande, brother”… “bien ah… bien”… “¿qué tomas, man? Estas hecho un toro”… “¿tienes algo que hacer esta noche?”… bueno esa última no… pero la cuestión es esa, te hacen la pelota un rato y te sueltan la pregunta de rigor … “¿oe brother, y a ti te vacilaría estar así? (señalando el poster de Jay Cutler, Ronnie Coleman o Arnold en sus mejores épocas)”… de hecho que alguien que entrena como poseído dirá que sí, y ahí vendrá el oscuro ofrecimiento… “ah… bacán… y ¿no te interesa ponerte un ´ciclo´?”… “¿qué es eso?”… “esteroide pes brother, para que te pongas bestia como esos patas… creces al toque huevón”… y si eres cojudo o tienes plata dirás que sí…

Cuando a mí me ofrecieron los famosos roids, francamente me despertó curiosidad, así que indague todo lo cuanto pude en la red, encontrando una página que me pareció muy ilustrativa y, como dice su propio encabezado, controversial. Se trataba de la web Tu pincho (no pensar mal, ni que se trata de la alegoría al encogimiento genital como contrapartida del crecimiento muscular, sólo hace alusión a “pincho” como inyección) cuyo enlace es éste, y en la cual me pude instruir bastamente sobre los efectos positivos/negativos de usar anabólicos. No voy a ser hipócrita y negar que me tentó sobremanera la oferta, pero el primer factor disuasorio fue el costo… y en segundo lugar los efectos colaterales en el rendimiento sexual y la calidad genital del usuario (sí ya sé que no lo uso ¬¬… pero igual… si dejé de tomar Prozac porque causaba impotencia y prefiero mil veces loco que impotente, pues igual prefería ser flacucho pero bien armado donde importa), además estaba mi renuencia a dejarme inyectar-esto lo comentaré en alguna otra oportunidad pero oooooooodioooo las inyecciones, ni siquiera me dejo vacunar y asumo el riesgo de muertes propias del medioevo con tal de que no me pinchen (ven, tu pincho, captan¿?). Con tres negativas contra el único efecto favorable de verme convertido en Thor… pues desistí y terminé por declinar ante tal ofrecimiento…

¿Pero acaso sería tan malo el caer ante la tentación de soportar un piquetito en la nalga, y ver como se me encogen los gumaros a los cuales ni uso les doy, para recibir la bendición de carnes turgentes y magras sobre mis blancos huesos?...

Pues yo ahora digo que….

(segunda parte… mmm… uno de estos días)




domingo, 8 de agosto de 2010

¿Tengo mierda en la cabeza?... pues sí... 'Ta mare...


Me paran cagando… y no lo digo en un sentido retórico, ni pretendo parecer un ingenuo víctima de mil y un avatares, y tampoco quiero sonar como uno de esos atormentados que están a un paso de volverse emos… nada que ver… sólo digo que me paran cagando, en la más literal de sus acepciones…

Ahora, aquí está la cuestión que da título a este post… y es que no se si tengo magnetismo cloacal en lo más alto de mi calavera, pero me pasa más seguido de lo que quisiera… me andan cagando los pájaros…

Así es… yo puedo ir tranquilo por la calle, abstraído en lo mío cuando de pronto siento el tibio escurrir de las viscosas materias fecales de algún pícaro pajarillo con ataques de incontinencia intestinal…

Es verdad, me viene pasando mucho tiempo para tomarlo como una más en las estadísticas de gente que es cagada por un pájaro cuando circula por la calle…

Citaré tres ejemplos en situaciones muy precisas y en las que de regular no esperarías recibir un mojón aviar en la testa…

1) Corría el año 2003 y en el marco de la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología, de la fuimos ganadores regionales y ya hable en alguna ocasión, nos encontrábamos recogiendo unos gusanitos llamados “cogolleros del maíz” en las instalaciones del INIA (Instituto Nacional de Investigación Agraria) y para hacer corta la película les diré que era un campo de cultivo de maíz del tamaño de 50 estadios de futbol –estadios, no canchas-, o sea que era un área enorme, sin árboles, únicamente plantaciones de maíz que llegaban a la altura de nuestras cinturas… Y así, en un paraje tan abierto… mientras yo me quitaba el gorro para secarme el sudor de la frente… PLASH!!!!!!!!!!!! Siento que el sudor se vuelve más viscoso y con un tufillo medio ácido… “ Ta madre…” en 50 hectáreas a la redonda no se veía ni siquiera una golondrina… y la única pendeja que se anima a volar por ahí, teniendo tooooooooooooodo ese maizal… se antoja cagarse en mi cabeza descubierta… Obvio que las risas de mis compañeros no se hicieron esperar… pero la cosa no queda ahí… Pasados unos 40 minutos de mi fecal inconveniente… y cuando las risas se habían aplacado por completo, escucho en la lejura otro pajarito… ignoro si era el mismo pájaro cagón que regresaba a joderme como en el spot de Red Bull… el punto es que lo vi pasar y pensé desde el suelo… agradece que soy ecologista ¬¬ … cuando me di media vuelta PLAAAAAAAAAAAAAAASH!!! Otro mojoncito en mi cabeza… Dos en menos de hora, en un campo inmenso, lanzados por un solo puto pájaro en el cielo… las probabilidades deben ser muy pocas…

2) Esto sucedió en marzo de este año… iba yo caminado a regañadientes por una de las principales avenidas de esta ciudad, desanimadísimo a más no poder, luego de ver los resultados del examen de la academia diplomática –obvio que no entré-, francamente no tenía intenciones de salir a la calle ese día, pero fue por insistencia de mi mamá que decidí hacerlo… Caminaba casi sin prestar mucha atención al frente, casi casi me dejaba llevar por inercia, además que había tal cantidad de gente en la calle a esa hora, eran las 6 de la tarde más o menos, y como las muchedumbres me atosigan pues avanzaba tratando de interactuar lo menos con mi entorno. Llegamos a una esquina en la que teníamos que esperar que pasen los autos para poder cruzar a la otra acera, a mi lado iban dos señoras conversando, un señor con cara de poto apaleado, dos mocosos, una señorita con pinta de secretaria y un fulano enternado. En total éramos 9 personas contándonos a mi mamá y a mí, parados uno al lado del otro con una distancia no mayor a los 40 cm… Ya estábamos por cruzar la pista cuando sentí un bultito caer en todo el mero centro de mi cabeza… de inmediato supe lo que era pero algo en mi necesitaba confirmarlo, así que me gire lentamente mientras avanzábamos para cruzar y le dije a mi mamá… “Tengo caca en la cabeza“ y ella me respondió amorosamente “Ay hijo, no te pongas así tampoco, el otro año estudias más y vas a ver que ingresas”… “¬¬ no mamá… un pajarito me hizo caca en la cabeza”… Ella sacó un pañuelito de papel y se aprestó a limpiarme la blanquecina caquita con mucho amor maternal… Nuevamente me encontraba en un escenario de aquellos… gente como mierda, y pa la mierda que me cae una mierda justo a mi… mierda!... o caca, dicho con más cariño…

3) Lo otro pasó hace una semana, pues tenía que pasarme por el banco a hacer un depósito y luego regresar raudo a mi casa para poder alistarme e irme al gimnasio. Andaba yo por la calle Elías Aguirre, esquina con Colón, cuando vi a un viejecito pidiendo limosna en la vereda de enfrente–dejo nota previa de que a ese viejecito siempre le doy algo cuando lo veo- así que me llevé las manos a los bolsillos para ver si tenía algo que darle, pero únicamente tenía dos monedas de 5 soles, y en ese momento surgió en mí una disputa moral... “darle o no darle los 5 soles”… Por un lado pensaba “qué son 5 soles para mí… mejor se los doy a este pobre hombre”… y otro lado menos noble de mi cabeza susurraba “puta, pero son 5 soles… me alcanza para ir por un cevichón”… Finalmente concluí que no le daría los 5 soles pues las más de las veces hay gente inescrupulosa que utiliza a esta pobre gente para mendigar y al final del día quitarles su dinero y gastarlo en alcohol o en drogas, así que la próxima haría como en otras veces y le daría una monedita de menor denominación –así de todos modos evitas que esos tipos abusivos les peguen por no llevarles dinero- y algo para que coma. Guarde ambas monedas de nuevo en mi bolsillo y ya había un paso cuando PLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASH!!! Una mierdota de gallinazo cayo en mi pelo, oreja y casaca blanca… Lo único que atiné a hacer fue mirar al cielo y decir… “Oe… Te dije que le iba a dar la próxima vez”… por un segundo cavilé la posibilidad de tomar un taxi y evitar así el exponerme en demasía ante el escrutinio crudo y duro de los transeúntes, pero eso significaría gastarme 5 soles… o sea, que me saldría igual que haberle dado la monedita al mendigo, con la diferencia que estaría limpio de polvo y caca. Pero para no darle el gusto a la providencia, me fui caminando muy horondo y hediondo hasta el paradero de colectivos, con caca en el pelo, oreja y casaca blanca, aguantando estoicamente las miradas y las risas indisimuladas. Cuando pienso que de haber cruzado a la otra vereda para darle una limosna al mendigo me habría librado de 15 minutos de bochorno, recuerdo que me ahorré 5 soles… Pero igual me caga lo que paso…

En fin… supongo que no se equivocan cuando me dicen que debo tener caca en la cabeza… aunque mi mami me diga lo contrario…