lunes, 9 de agosto de 2010

Roids… are you ready for? Parte 1


Este tema probablemente esté tan manoseado como la tetamenta de Jenna Jameson, pero igual siempre da para más. Y es que no hay persona ligada al mundo del deporte que no haya tenido contacto –cercano, lejano, referencial, hipodérmico- con aquellos satanizados productos químicos que te garantizan un rendimiento muy superior a tus propias capacidades. Sí, me refiero a los tristemente célebres esteroides, o “roids” para los amigos.

No pretendo entrar en la sempiterna discusión sobre si son malos, terribles o nefastos para el organismo de su consumidor, o si por el contrario son la ambrosia del atleta que quiere llevar más oro colgado del cuello que 50cent en la gala de los premios MTV. No señores, simplemente me provocó hablar del tema porque vi (hace ya buen tiempo en realidad) un documental harto interesante llamado “Bigger, Stronger, Faster” (el poster promocional aquí) que aborda principalmente la hipocresía de los gringos respecto a la prohibición de los suplementos deportivos a base de esteroides anabólicos por considerar su uso como “trampa”, su debate en las más altas instancias del gobierno y de cómo la gran mayoría de norteamericanos aficionados al culturismo, atletismo, baseball o futbol americano no tendrían reparos en utilizarlos para optimizar su rendimiento.

Bueno, el punto es que la forma en que se aborda el tema es muy fresca, no redunda en la típica cacería de brujas, ni es una apología a las inyecciones indiscriminadas. Todo el documental transcurre en primera persona, narrando el caso de 3 hermanos y su relación con los anabólicos a nivel personal, profesional y familiar, pasando por entrevistas a deportistas defensores de su uso, médicos que proscriben su utilización, testimonios de ambas posturas y graciosas reseñas a personajes muy conocidos como Arnold Schwarzenegger, Hulk Hogan, Sammy Sosa, El Capitán América y muchos medallistas olímpicos. En conclusión sobre este documental, se los recomiendo, ahora prosigamos…

Yo llevo entrenando en el gimnasio -de forma intermitentemente regular- hace ya 4 años… sí, se dice mucho y uno esperaría ver resultados que asemejen tu figura a la de alguno de los forzudos que salen en el estelar del Wrestlemania de la WWE… pero recalco lo de “I-N-T-E-R-M-I-T-E-N-T-E”. La cuestión va precisamente por ahí, los resultados… es cierto que nadie está del todo contento con lo que Dios/Yave/Xenu/Buda/Alá/Inti/Ganesha le ha dado, y quien diga lo contrario tiene algo de mentiroso, por lo que ante la posibilidad de cambiar nuestra apariencia, aunque sea en lo más mínimo, no lo pensamos dos veces y hacemos hasta lo indecible para lograr esa tan soñada transformación… hay quienes con el dinero en el bolsillo van de frente a un cirujano y salen del quirófano listos para una sesión de fotos con Mario Testino, y otros –me incluyo- que si abrimos el bolsillo sólo sacamos pelusa, pues tenemos que hacerlo a la antigua, agarrando dos mancuernas y sudando como chanchos en el horno…

Yo entré por primera vez a un gimnasio en el año 2003 -aunque sólo estuve dos meses me bastó para hacerlo mi futura/presente afición- y fue en realidad para bajar de peso, pues de púber me caracterizaba por ser un “niño ballena” y no quería arrastrar ese trauma durante mi adolescencia y mi adultez… además que conocía ya bastante la superficialidad de nuestra sociedad y no quería morir virgen (bieeeeeeeeeeeen campeón… ¬¬ de bastante te ha servido… T_T me disculpan un momento por favor… whyyyyyyyyyyyyy???????????... ok… ya estoy bien) entonces fui con la intención de quemar todas las calorías que pueda, y así, poquito a poco le fui agarrando cariño a las pesas. Lo malo es que estaba en toda la época escolar durante el resto del año no tenía el tiempo de ir, por lo que el modesto resultado que obtuve durante aquel enero y aquel febrero, pues se fue a la mierda para junio –mis hábitos alimenticios no eran precisamente los más saludables-. Para diciembre había recuperado todo mi peso más un plus, y mis cebos desbordaban como una presa mal construida, y sin pensarlo dos veces me embarqué en una dieta estricta y en una rutina diaria de gimnasio que incluía spinning y varios tipos de abdominales… aquel 2004 entré a la Universidad y mis cebos chorreantes dieron paso a una lánguida figura que por debajo de las ropas carecía de forma… Para resumirles el cuento ese año repetí lo que me paso el 2003… pues pasado el verano (enero, febrero, medio marzo) abandonaba las mancuernas y las reemplazaba por el control remoto de la televisión… así me pasó el 2005 y el 2006…

Pero ya para finales del 2006 (noviembre para entrar a diciembre) estaba decidido a dar un cambio, ya no quería continuar albergando esa reticencia a desprenderme de mis vestimentas en la playa –a la que no asistía alegando intolerancia al sol… xD- ni viendo como no podía usar la ropa que me gustaba porque mi falta de forma y proporciones le arrebataba todo lo visualmente agradable. Y con todas esas volví al gimnasio pero con la leal intención de perseverar todo cuanto pueda… Duré desde aquél diciembre del 2006 hasta junio del 2007 y con resultados que me sorprendieron, pero que aún distaban de mis anhelos. El resto del año me tiré un poco al abandono por darle gusto a alguien a quien no merece la pena mencionar, y para el fin de año no estaba robustecido y macizo como al principio, sino que estaba pachoncito, me veía ancho pero era la anchura del efecto rebote…

El 2008 me sorprendió con revitalizada actitud, pero siempre me pasaba lo mismo, iba religiosamente al gimnasio unos 6 meses y luego abandonaba contra mi voluntad por 4 o 5 meses, para retomar en diciembre con la intención de superar ese temor a ponerme un bañador y salir a disfrutar del mar veraniego… Para el verano del 2009 me di el gusto pues me fui a una playa lejos de donde vivo… Máncora… y como uno de mis compañeros de viaje iba entrado en carnes, pues me sentí aliviado de cargar con la culpa de ser el voluminoso del grupo, pues aunque mi abdomen no era precisamente una tableta de chocolate, tenía mis brazos, pecho y espalda firmes y contundentes, de no haber sido por los putos brackets… la habría pasado mejor… pero anyway… En fin que por cuestiones de haber aprovechado mis ciclos mozos en la universidad pude darme más tiempo para ejercitarme como quería durante el 2009, y puedo decir que esta vez sólo interrumpí mi tiempo de entrenamiento por un mes y medio en total y bueno… ahora he tomado algo más de forma, he mejorado mi resistencia y puedo volver a practicar el otro deporte que me apasiona, las Mixed Martial Arts… Hell yeah!!!

Todo este preámbulo venía al caso porque, y como dije al inicio, son 4 años levantando pesas y uno pensaría que yo debería estar en competiciones de culturismo amateur o en algún spot publicitario diciendo algo como “I can’t believe it’s not butter”… Pero no, no es así… guarden los bolígrafos y sus camisetas, no podré autografiarlos niños… pues aunque han pasado cerca de 26 meses entre barras olímpicas, bancos romanos, poleas, discos acerados, mancuernas regulables y trotadoras elípticas… mi cuerpo aun no alcanza los volúmenes ni la apariencia de otros amigos míos que complementaron su dieta diaria con alguna ayudita made in U.S.A labs. O sea, tampoco me apendejaré y mentiré descaradamente diciendo que no he tomado proteína, creatina ni glutamina… pues si lo he hecho, pero encuentro la disculpa respectiva porque ninguna prohibición de las ultra preservadoras leyes yankees ha prohibido los suplementos vía oral, pues su base activa es, en el caso de la proteína, el suero de la leche de soya o la albumina de las claras de huevo pero concentrada, para que no tengas que atragantarte con 20 huevos duros al día… la glutamina y la creatina son para la energía y el desgaste y consumirlas así es sólo una forma de adquirirlas directamente en lugar de tener que comer mucho para obtener las cantidades que el cuerpo necesita bajo condiciones de entrenamiento intenso… así que no hay problema ahí… pues el problema aparece cuando tú, tomando modestamente tu proteína de 60 soles el kilo -20 dólares aproximadamente- entrenas con alguien que ha gastado 5 mil soles –unos 1666.6 dólares- en un ciclo anabólico que le da una fuerza animal y un aguante de actriz porno aficionada al gang bang… no es una competencia justa en realidad –entiendo así el punto de quienes dicen que tomar esteroides podría considerarse como trampa-.

A mí me ofrecieron esteroides, y creo que es normal que en un gimnasio, cuando identificas –y lo digo sin sonar pedante- a alguien que tiene un desempeño prometedor, que tomando pura agua de soya/soja entrena sin descanso y levanta pesos respetables (aquí sí seré pedante, porque puedo… hace curl de bíceps con 25/30 kilos por brazo… press banca con 100 kilos… sentadillas con 120 kilos… prensa con 270 kilos… extensiones de cuádriceps con 60 kilos… levantamiento militar de hombros con mancuernas de 25 kilos y 50 kilos disco en barra olímpica… 400 abdominales en cuatro series de 100… y luego hace 25 minutos de tae-bo … je je je) pues siempre se le acerca alguien que le crece el ego con frases como “estás grande, brother”… “bien ah… bien”… “¿qué tomas, man? Estas hecho un toro”… “¿tienes algo que hacer esta noche?”… bueno esa última no… pero la cuestión es esa, te hacen la pelota un rato y te sueltan la pregunta de rigor … “¿oe brother, y a ti te vacilaría estar así? (señalando el poster de Jay Cutler, Ronnie Coleman o Arnold en sus mejores épocas)”… de hecho que alguien que entrena como poseído dirá que sí, y ahí vendrá el oscuro ofrecimiento… “ah… bacán… y ¿no te interesa ponerte un ´ciclo´?”… “¿qué es eso?”… “esteroide pes brother, para que te pongas bestia como esos patas… creces al toque huevón”… y si eres cojudo o tienes plata dirás que sí…

Cuando a mí me ofrecieron los famosos roids, francamente me despertó curiosidad, así que indague todo lo cuanto pude en la red, encontrando una página que me pareció muy ilustrativa y, como dice su propio encabezado, controversial. Se trataba de la web Tu pincho (no pensar mal, ni que se trata de la alegoría al encogimiento genital como contrapartida del crecimiento muscular, sólo hace alusión a “pincho” como inyección) cuyo enlace es éste, y en la cual me pude instruir bastamente sobre los efectos positivos/negativos de usar anabólicos. No voy a ser hipócrita y negar que me tentó sobremanera la oferta, pero el primer factor disuasorio fue el costo… y en segundo lugar los efectos colaterales en el rendimiento sexual y la calidad genital del usuario (sí ya sé que no lo uso ¬¬… pero igual… si dejé de tomar Prozac porque causaba impotencia y prefiero mil veces loco que impotente, pues igual prefería ser flacucho pero bien armado donde importa), además estaba mi renuencia a dejarme inyectar-esto lo comentaré en alguna otra oportunidad pero oooooooodioooo las inyecciones, ni siquiera me dejo vacunar y asumo el riesgo de muertes propias del medioevo con tal de que no me pinchen (ven, tu pincho, captan¿?). Con tres negativas contra el único efecto favorable de verme convertido en Thor… pues desistí y terminé por declinar ante tal ofrecimiento…

¿Pero acaso sería tan malo el caer ante la tentación de soportar un piquetito en la nalga, y ver como se me encogen los gumaros a los cuales ni uso les doy, para recibir la bendición de carnes turgentes y magras sobre mis blancos huesos?...

Pues yo ahora digo que….

(segunda parte… mmm… uno de estos días)




1 comentario:

Anónimo dijo...

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