sábado, 30 de mayo de 2009

Se lo dije a Azul... y no le gustó...

Agradece que no me apellido D’Metileno… sino… cuando nos casemos serías… “Azul de Metileno”… y si tu amiga Violeta se casa con Luchito Gensianna… será “Violeta de Genciana”… En lugar de boda doble mejor montamos una Farmacia… digo… digo…






viernes, 29 de mayo de 2009

Caravana a algún lugar

Fuimos tras algo
que no vemos,
pero te sigo
como siguen los cardenales
a Dios;
adiós amor
adiós a la seguridad,
adiós a saber dónde estoy,
pero es mejor saber
dónde estás…
y te sigo a algún lugar.


Caminaré en círculos
si es necesario,
pero te sigo
como siguen las sombras
a sí;
así mi amor
así voy a tu encuentro,
así a dónde haga falta,
aunque haga falta yo
tú no faltarás…
y te seguiré a algún lugar.


Razones

Razones

Si no tengo razones

para quererte,

me las inventaré

aunque no quieras…

- Y –

Fingiré que sos dulce

y diré que no te tolero

porque me llegás a empalagar…

Fingiré que sos tierno

pero diré que no tolero

que seas tan cursi…

Fingiré que sos caballero

y diré que no te tolero

porque me parecés aburrido…

Fingiré que sos inteligente

pero diré que no tolero

que seas un sabelotodo…

Fingiré que sos divertido

y diré que no te tolero

porque te falta seriedad…

Fingiré que sos perfecto

pero diré que no te tolero

porque lo perfecto NO existe…



Tus ojos


Tus ojos

son la negrura que reemplaza mi noche,

la noche de constelaciones

dispersas

¿cuánto más oscura será tu alma?

daltónico amor.


Tus ojos

son el paisaje de mi imaginación,

esa imaginación que luce

disparatada

¿cuánto te queda por soportar?

ridículo sentir.


Tus ojos

son tan míos que los cierro,

los cierro por dentro.


Tus ojos

Son tan ajenos que no sé,

no sé qué color tienen.


Tus ojos

Tus ojos no son,

Tus ojos no son tuyos…

Porque me los diste a mí.


Tu boca


Tu boca
es la palabra
que busca mi sonido,

ese sonido que hace un beso

prohibido
¿cuándo piensas retirar tus barreras?
insulso corazón.


Tu boca

es el reposo de mi excitación,

esa excitación de labios
ajenos
¿cuándo es que piensas rendirte?
estúpida razón.


Tu boca

es tan mía que la muerdo,

la muerdo de angustia.


Tu boca

es tan ajena que hiere,

hiere como tú mismo.


Tu boca
...
Tu boca
no es,
Tu boca
no es mía…
Pero es para mí.


*°> Aquí mando yo <°*


El poder es una droga… es algo tan adictivo como fumarte un cigarro con tabaco y marihuana mientras te inyectas heroína luego de haber esnifado tres líneas de coca, y para pasar el sabor en la garganta te tomas un Vodka Red Bull con unos micropuntos de LSD… Y bueno, con el mismo efecto devastador (a las pruebas de la historia me remito)…

EL poder te torna fementido, desleal, infidente, alguien de cuidado con el que se debe tratar con prudente distancia… y ¿Por qué?… sencillamente porque el poder es capaz de obnubilar el corazón más puro, poblando sus cavidades arteriales con mezquindad, paranoia, y más ambición de poder… Este efecto es tan recurrente que las más nimias dosis de poder que se le den a un hombre repercuten en una transformación por mínima que sea de su personalidad y de su percepción frente a su entorno… aflora la megalomanía dormida en su entrecejo y ve como se apertura ante él la escala otrora oculta, que lo llevará a cumbres más altas y por ende a remuneraciones más jugosas…

Yo a mis cortos 22 años no he experimentado poder de ningún tipo, salvo pequeñas cojudeces en la escuela como ser el delegado del aula, el presidente del comité electoral de la promoción, y quizá el ser jefe de grupo en los trabajos grupales… nada resaltante ni digno de ufanía alguna, pues eran cargos meramente decorativos que a resultas no hacían ninguna distinción entre mi vieja rechoncha (gracias por la foto Azul ¬¬’) persona y los demás… Aunque por aproximación y en efecto cascada si he disfrutado del poder de ser familiar directo de un funcionario de alto nivel del Estado, cosa que te abre la ventana de ciertas experiencias que de común son algo difíciles de probar…

Por ejemplo el codearte con gente que son realmente un ejemplo de poder, dígase congresistas, diputados extranjeros, alcaldes, ministros, hasta un par de presidentes por ahí, pasando por grandes empresarios, eruditos reconocidos, incluso algunos artistas y personalidades de la farándula local por cosas de su trabajo… El departir con ellos de fastuosos buffets en restaurantes que de ser tan elegantes ya son snobs, estadías en hoteles como el Marriot, Sheraton, Meliá, María Angola; o acceso a lugares más bien inaccesibles al ciudadano de a pie como Palacio de Gobierno, algunos despachos de la autoridad edil en sus Palacios Municipales, la Presidencia del Consejo de Ministros, El Palacio Torre Tagle (donde espero francamente pasar la próxima temporada académica de mi vida), El Ministerio de Relaciones Exteriores, y algunos otros que ya caería en la pretensión seguir enumerando…

El punto es que he visto de cerca (sin llegar a empaparme de él) el poder, y basta con recibir una migaja del mismo para saber que el plato completo debe ser exquisito. No soy una persona ambiciosa… es más, soy muy desprendido y no me interesan las cosas materiales ni las gollerías del poder…

¿Hola?... ¿Alguien?... ¿Alguno quiere creerme?... T__T ¿Why?...

Ok… ok… tienen razón, un poco más de ambición y sería un mafioso narcotraficante líder de un grupo subversivo beligerante… pero mejor ir por la vía legal sino terminas con noventa gramos de plomo en el parietal…

Amo el poder, adoro el poder, busco el poder, quiero el poder, es más… NECESITO el poder… es una cuestión connatural a mí mismo, mi megalomanía asolapada se descubre manifiesta cuando tengo cerca la expectativa tentadora de palpar el poder con mis propias manos… Como cuando escribí sobre “Betto Rockefeller”, quedó claro que mis expectativas a futuro caminan de la mano de la turgente dama fortuna, amante fogosa que te presenta a su padrastro Mr. Power. Y bueno, sé que cuando lo tenga entre mis dedos me volveré un claro ejemplo de todo lo que descrito hasta aquí…

Es más, he llegado a pensar en algún momento que si el poder me fuera entregado y recayera sobre mis bien formados (para tu mala suerte y deleite, Lenteja Azul) hombros con todo el peso de su presencia, pues terminaría volviéndome un dictador graduado de las escuelas férreas de Trujillo, Castro, Mussolini, Franco, Stalin, y tanto otros a los que veo con estrellitas titilando en mis pupilas… Gobernaría con puño, muñeca, antebrazo, codo, brazo, hombro, pecho, etc., etc., de hierro forjado puro… sería implacable en todo sentido, y no me amilanaría por afrentas y amenazas de nadie, pues ante ellas dejaría hablar a un calibre 45, o a sesenta mil voltios en mi lugar… La razón, sencillamente no tolero la indisciplina (estás advertida señorita, luego hablaremos)…

Pero no todo sería marchas, y reverencias a mi efigie… No, no, mi afán de orden social reformista sería lo primero que haría por mis bienhadados súbditos, así que para su tranquilidad implantaría la ley marcial y todo delito (desde el simple hurto de una manzana hasta la violación y posterior homicidio) sería condenado con pena de muerte sumaria, para economizar en gasto carcelario pues luego de muertos se les hierve y los hacemos jabón orgánico de exportación, que de paso es amigable con el ambiente; y con sus restos fabricamos el nuevo “Humus Sapiens®” (marca registrada, no plagiar por favor… gracias) abono cien por ciento ecológico y libre de pesticidas (todas las ejecuciones son por ahorcamiento, totalmente libres de inyecciones químicas o gases letales contaminantes). Así podemos destinar los fondos que se gastan en mantener delincuentes en cosas útiles como construir escuelas, u hospitales, y las cárceles existentes se volverían las plantas procesadoras que se mantendrían con los recursos propios de las ventas realizadas. Todo ventajas… “Este es el pan en el Perú de Malatesta, porque mientras Malatesta esté en el poder no faltará el pan en vuestras mesas”…

Pero bueno, ya para terminar, he de reconocer que lo más rico de tener poder es justamente reencontrarte con la gente que te cae mal y que no lo tiene (je je je) y poder pasarles por encima con apabullante impunidad, y ver sus caras de rabia resignada porque si te dicen algo mandas a tus setenta miembros de seguridad a que le revienten las pantorrillas y algunos órganos internos no vitales a patadas (como escarmiento, tampoco soy un sádico…digo… ejemmm… ejemmm). Qué lindo sería el futuro así, bueno yo ya empecé a escalar por mí mismo las agrestes cuestas hacía las cimas refulgente de la potestas absolutis… y si no llego a ser embajador, ni congresista, ni presidente, ni acaudalado industrial… bueno siempre me queda la vía fácil de ser un mafioso narcotraficante líder de un grupo subversivo beligerante… Amén por eso queridos hermanos, Amén por eso.



jueves, 28 de mayo de 2009

¨¨ Dolía menos ¨¨


Recuerdo cuando recordar dolía menos, cuando la calma se veía más próxima y no era la quimera que se cierne sobre mis días escasos. Eras la flama exigua que crepitaba al fondo de las lámparas del viejo candelabro, alumbrabas poquito pero alguna luz me dabas, y hoy sólo queda cera chamuscada y seca, impregnada en el piso con olor a distancia. Te fuiste antes de partir siquiera, encajonadita en medio de un cuarto oscuro y de paredes vacías, ni un cuadrito que molestara la monocromía del blanco, ni una flor y que paradoja, luego tendríamos un jardín completo de girasoles y rosas azules.

Mientras estabas encajonadita, yo arropaba con desvelo tu dormir constante, viendo tus dedos quietos, tus párpados cerrados, buscando con desespero algún temblor en la silueta amoratada de tus labios. Nada. Y en la plena emboscada de tu total ausencia me repetía cada segundo de tu risa retumbando en los pasillos y en los cuartos de la casa. Me repetía tu tacto indiscreto cuando el cansancio te celaba y lo interrumpías con ternura. Me repetía cuando tus ojos no se cerraban ni para parpadear, sólo porque te dije que me extraviaba mirándolos. Me lo repito de nuevo y recuerdo el modo correcto de recordarte. Ahora me dueles, sí. Antes recordarte, francamente, dolía menos.

Pasando horas tras horas que se me hacían luengas como tus cabellos, me la pasaba sentado a tu vera, imitando tu inercia con un ruego callado de que me retes a vencerte. Siempre perdí ante tus retos, eso no cambió. Me volví un mueble más de ese cuarto oscuro, siempre en el mismo lugar, siempre en la misma posición, pasando inadvertido por las sombras de blanco que entraban y salían tan mudas como tú y como yo. Tanto silencio caía en avalancha sobre nuestras cabezas, que hasta el aire estático parecía confundido de no saber, si era yo quien sentado y paciente a ti te esperaba, o eras tú quien cansada y recostada me estabas esperando. Yo siempre pensaba que ambos nos esperábamos. Hoy es igual, seguimos esperando. Aunque dule.

Ahora sigues quieta, muy quieta, encajonadita. Como una de aquellas princesas de los cuentos que de pequeña leías, esperando quizá un beso. Cuantos besos habré intentado que tenía los labios atravesados por grietas, pero siempre tu. Hoy ya no puedo seguir intentándolo aunque quiera, el jardín de girasoles y rosas azules me separa del suelo, y el suelo que amaste me separa de lo que amé. Antes ni un cuadrito, ni una flor, hoy todo un paisaje y un jardín, pero la misma monocromía en blanco de la desolación. Te insisto y recuerdo que recordarte antes me dolía menos.

Prepararé un café para acordarme que yo aun permanezco, y caminaré entre pasillos y cuartos buscando alguna risa que retumbe, caminaré hasta que el cansancio me pueda y un tacto indiscreto lo interrumpa con ternura, caminaré hasta encontrar un camino que no se cierre donde extraviarme. Me repetiré el eco de las palabras que no flotaron entre nosotros cuando brillabas poquito al fondo de las lámparas del viejo candelabro, las oiré y haré de cuenta que jamás la he escuchado. Porque duele.

Y al final de esta noche me sentaré de nuevo a pretender que te espero, retando a tu quietud de entonces y de ahora, remedando tu silencio, igualando la oscuridad que te rodea. Esta noche pretenderé que es como antes, pero no el antes cuando brillabas como un sol incendiándose, ese antes duele. Hoy te recordaré como el antes de este hoy, cuando recordarte, francamente, me dolía menos...


martes, 26 de mayo de 2009

El lobo famélico...

El Lobo tenía hambre y salió a buscar algo que comer…


Caminó y caminó por horas entre escaparates de restaurantes y pastelerías, pero sabía que ninguno de esos platos era para él…


Llegó hasta una cobachita mogosa donde había un plato frío de lentejas, nada más…

Cómo el Lobo es muy orgulloso, se tragó su propia hambre y dejó el plato porque no era lo suficientemente propio para él…

No encontró nada más y murió de inanición a los pocos días…

Su último pensamiento fue… mierda, como se me antojan esas lentejas

u_u Eso te paso por menso pequeño Lobito



Tu entiendes la moraleja, y si no la entiendes pues sigue buscándole sentido… ya tienes más tarea.