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miércoles, 21 de julio de 2010

Boatswain... razón tenía tu dueño...





Aquí reposan
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos.

George Gordon Byron, sexto lord Byron



Me ratifico en mi idea de que el mundo debe ser de los animales y únicamente de ellos… la gente sigue echando todo a perder –perdón - ¡seguimos! echando todo a perder… Las últimas semanas estuve al pendiente del desastre petrolero en el Golfo de México y eso se juntó con algo más cercano a mi realidad, pues un río que pasa en la región en donde vivo dio positivo en los análisis de contaminación por metales pesados y químicos propios de la industria minera.

Unas cuantas monedas en el bolsillo no garantizan la sostenibilidad del planeta, señores… de nada sirve ser el hombre más rico del mundo si ya no se tiene nada en que gastar ese dinero, y cuando digo “nada” me refiero a cosas realmente importantes, no al último modelo de reloj Bulova con enchape de diamantes ni al nuevo Ferrari con motor nuclear y timón de marfil –otra crueldad animal por cierto- sino a cosas realmente necesarias como agua y comida.

Una cuenta bancaria de mil millones no sirve si no quedan alimentos… tampoco sirve si toda el agua resulta imbebible… Algunos dirán que con el dinero buscarán soluciones alternativas como la manipulación genética de sustancias para producir algún producto que supla los requerimientos diarios de proteínas, carbohidratos y vitaminas… o sea una mazamorra de vitaminas con sabor a aserrín y que cuesta cinco mil dólares la onza… Wow, creo que exageraba y ya no hay nada de que preocuparse… ¬¬

No! El dinero como tal no tiene sentido, es una mera representación física del potencial económico que conserva un Estado, es un mísero papelito verde que vale tanto como un pedacito de papel higiénico –creo que en determinadas circunstancias éste último es más valioso aun- pero que por el respaldo que tiene en las arcas del gobierno enloquece a todos mientras más ceros tenga hacia la derecha… pffff… No hay mejor sistema que el trueque, la humilde permuta en la que lo que recibías valía tanto como lo que dabas... qué días tranquilos…

Pero bueno… el punto es que se habla tanto de la inteligencia humana, su capacidad para transformar el mundo… como si el mundo necesitara ser transformado… ¿Acaso en los 4.600 millones de años que tiene el planeta, ha necesitado que una especie lo “transforme”? Para eso se basta a si mismo… Además todos parecen haber olvidado que el equilibrio del planeta es tan delicado como el cristal más fino… y la mínima alteración produce efectos harto peligrosos…

Así tenemos ahora una temperatura en aumento a causa de nuestras emisiones contaminantes, un mar donde el plancton, base de la cadena alimenticia marina, está desapareciendo; bosques enteros que son talados; ecosistemas vírgenes destruidos por construir en su lugar una planta hidroeléctrica; especies depredadas por puro vicio comercial y sin necesidad real alguna… Y el hombre tan campante, levantándose todas las mañanas, indiferente a lo que sucede…

En todo el mundo ya se notan las alteraciones climáticas fruto de nuestros actos… olas de calor en toda Europa que cada año son más fuertes y peligrosas, tanto para los animales como para las propias personas… En otras partes del mundo sequías intensas que encarecen el agua mucho más que el combustible –otra chorrada que ya debió ser dejada atrás hace tiempo, mucho adelanto tecnológico y aún las petroleras meten presión a los científicos para que no fabriquen un medio más limpio para generar energía motriz-… En otros lados, como en mi país, heladas terribles que diezman a la gente más humilde…

(…)

Soy un fiel creyente de que si el mundo hubiera sido de los animales, pues podría ser todo lo salvaje que quieran… pero al menos estaría sano… sería un mundo donde se mata por necesidad y nunca de más… un mundo de agua limpia… un mundo donde no existirían las palabras “en peligro de extinción”… donde el equilibrio natural fuera imperturbable – a menos que cayera un meteorito pero eso no es culpa de nadie, bueno si, de las fuerzas gravitatorias de la aleatoriedad-…

Cuando Dios decidió poner vida en el mundo, primero hizo a los animales, para que todo lo que había hecho antes, agua, tierra, cielos, tuviera un propósito mayor… el de ser un eterno vestigio del milagro de la creación… Al final… entre que andaba descansando y distraído observando el regocijo de vida que se presentaba ante Él, se puso a jugar con el barro, haciendo muñequitos, pensando quizá en otro animal que embelleciera el mundo que había hecho… pero de pronto un estornudo lanzo las miraclo-bacterias sobre el monigote de barro y se oyó por primera vez en el mundo “¿Señor?”… seguido de un muy cierto “Caraj…, ejemmm… Sí, hijo mío…” Ya como no le quedaba de otra, pues no es su estilo el destruir lo que hace, le tuvo que meter el cuento de que lo hizo inteligente para que domine a las criaturas del mundo y bla, bla, bla…

Qué le quedaba decirle… era un triste muñeco de barro… no respiraba bajo el agua, no volaba, no era fuerte, no tenía veneno para defenderse de los depredadores, no temía sensores térmicos ni tenia ecolocalización… Triste monigote… sabrás sumar pero te apendejas con ver una araña… pero denle un estoque y un capote y bien valiente se vuelve frente a un toro previamente golpeado, confundido y hambriento… ¬¬

Por eso si me dicen animal… francamente yo no me ofendo… más me ofende a esta alturas que me digan que soy humano…



viernes, 22 de mayo de 2009

Top 5... cosas que nunca arrojarìa al Alzheimer


Soy un ser que carece de vergüenza y de sentido del ridículo, es más podría decirse que disfruto al máximo de la estupidización espontánea y la puesta en escena del rol juglar entretenedor. No sé, me mantiene los ánimos elevados el ser partícipe/artífice de las risas y gratos momentos con mis amigos (ojo, sólo con estos, ya que entre extraños opto por mi vertiente ridiculizadora y sarcástica para minimizar a un tercero, aunque con el mismo propósito humorístico) y de eso han quedado evidencias de toda índole, incluso algunas grabaciones clandestinas que se han filtrado hasta el youtube (thank you, Tachu).

El punto es que es difícil que yo sienta el bochorno invadirme ante una situación que el común de los mortales podría identificar como vergonzosa, así que no podría hablar de los cinco ridículos más grandes que he hecho porque intrican directamente un mal momento…

Así que mejor mencionaré las cinco situaciones ridículas que más han calado en mi memoria y que más me divierte evocar, aunque en cierto sentido a estas alturas de mi vida… no quisiera volver a repetir.

El primero es un hecho poco conocido, sólo atestiguado por unos pocos privilegiados en mi escuela, allá por el año 2002 (Giancarlo me lo hizo recordar recientemente). Por esas fechas había una novela colombiana (creo, me da igual) muy popular llamada “Pedro el escamoso”, la cual debo confesar (quizá esto de por sí sería un hecho para la vergüenza) me gustaba, sobre todo por el baile del protagonista, conocido como “El Pirulino”… Tan difundido era mi gusto por la novela y por el dichoso bailecito que mi talento para la comicidad, evidenciado en una metamórfica caja vocal y una mente de viejo verde sesentón, me llevó a comenzar a bailarlo cada que podía… El culmen del descaro y el desenfado llegó cuando interpreté el bailecito para toda la promoción (debo aclarar que yo formaba parte de la misma, y era el brigadier/delegado/monitor o como quieran decirle de la sección A°). Enfundado en mi pantalón plomo, camisa blanca manga corta, mi corbata azul y cordón rojo putón, salí al frente de mis compañeros y de un momento a otro sin ninguna motivación más que mi propia insania empecé a cantar la canción con un ritmo socarrón, lleve mi mano derecha hasta mi oreja, flexioné las rodillas, baje mi mano izquierda hasta la altura de mi muslo y elevando el potito comencé a bailar y bailar entre carcajadas… Esa mañana me perseguirá de por vida, pero que rico se sintió hacer eso.

Un segundo acontecimiento ridiculizante es más reciente, el año pasado luego de haber aprobado un curso de los más difíciles nos pusimos en marcha a un festejo en casa de una amiga, de paso que se festejaba el cumpleaños de un amigo muy apreciado por el grupo de las féminas. Para dicho evento etílico, todos llevamos una contribución alcohólica, yo lleve un vino de durazno “Boones” y un ron “33”, al llegar encontré desde vinos tintos, hasta coctel de fresa o maracuyá (creo, estaba tan borracho que ni prestaba atención a lo que tomé) pasando por la siempre presente cerveza. Como es bien sabido por todos no hay peor aberración alcohólica que la mezcla indiscriminada… bueno yo soyun aficionado extremo de la experimentación gastronómica… así que mezcle todo cuanto pude. A las tres horas de ingerir alcohol como si se tratara de un elixir para salvar mi vida ya estaba en un punto crítico (aunque debo reconocerle a mi cerebro una lucidez que me permitió ser consciente de todo mientras actuaba con plena inconsciencia), mientras bailaba agitaba las botellas de cerveza haciendo que su contenido saliera proyectado como una ráfaga, mojando asistentes, paredes y piso por igual… entraba cada quince minutos al baño a inducirme al bulímico arte de la regurgitación intentando hacerle espacio a mi estómago para beber más… salí con los muchachos a comprar más cerveza y terminé tirado en el piso como cualquier borrachín, renuente a levantarme… cuando la fiesta en casa de mi amiga culminó y la continuamos en un parque cercano comencé a darle de cabezazos a todos los que tenía alrededor, mientras pintaba una sonrisa deforme en mi adormecida faz… para terminar dándole cabezazos a un árbol hasta abrirme un poco la frente, alejarme caminando por las oscuras calles en total soledad y regresar a mi casa apelando a toda la fuerza de control de la que disponía para no tropezarme ni hacer bulla alguna que despertara a mi señora madre… ¿Y todo para qué? Para terminar tirado en la ducha, sumamente dormido, soñando que era mi suave y tibia camita…

Mi tercer ridículo viene de la mano de uno de los locales que me acogió con más cariño en mis años mozos de universidad… La discoteca “Atika”… debo confesar que era un asiduo asistente a todas sus fiestas de fin de semana, incluso si podía y me lo permitían, asistía tanto viernes como sábado, a beber gratis (me regalaban tragos por ser un cliente tan fiel) y bailar hasta empaparme en sudor. Eran tiempos de farra y diversión que me llevaron a hacer más de un papelón (ridículo), como el bailar de forma alocada, arrojándome al suelo y quitándome la camisa, moverme como una bailarina Go-gó en rollers, llegando incluso a subirme a la barra para bailar ante las palmas de sus asistentes, meneando la maquinaria al ritmo del entonces joven reggaetoon… Esos días hoy me quedan lejos, no piso una discoteca desde el año pasado y de momento no me llama la atención ir a ninguna… Como has cambiado pelona…

El cuarto capítulo de mi vida de ridiculeces le corresponde a mi intempestividad al momento de vestirme… una fulana me dijo alguna vez que yo era una persona voluble e inestable, y lo demostraba en mi forma de vestir… (fuck you)… sólo soy un fashionista… ejemmm… ejemmm… Es que puedo pasar de los jeans holgados, las camisetas de color entero y las zapatillas de skater; a los conjuntos de pantalones negros ceñidos, botines, camisas “Cacharel” remangadas y desabotonadas hasta la mitad y correas “Dolce & Gabanna” o “Armani”; o mis jeans personalizados, pintarrajeados y rotos, zapatillas “all star” teñidas de dos colores diferentes, camisas negras manga corta, corbata roja, pelo engominado hacia arriba con mechas rojas, ojos pintados con delineador, uñas negras y una cadena de clips desde la oreja izquierda hasta la nariz; o lo más reciente mi pantalón negro de vestir, zapatos botines negros, polo manga larga a rayas negras y rojas, mi sombrero negro de mafioso, y un guante de cuero negro en la mano derecha (lo que yo llamo mi look Freddy Kruger) … Me ENCANTA cambiar de look, me parece divertidísimo, y en más de una ocasión tan luego he salido de mi casa he caído en la cuenta de que mi atuendo no resulta tan agradable a la vista de los demás como lo resulta para mí. Tanto es así que en una ocasión me quedé varado en una esquina a las diez de la noche, durante casi dos horas porque ningún auto quería recogerme… los colectivos y taxis pasaban pitando sus claxon, pero nada de pararse para que pudiera subir e ir a mi casa… así que caminé casi quince cuadras hasta un paradero donde no podrían decirme que no… me equivoqué… esa noche caminé mucho, mucho…

Finalmente, y especialmente también, está un ridículo que si me ha logrado mover las fibras sensibles hasta hacerme desear no haberlo hecho, pues es una mancha en mi historial de perfecto desempeño artístico humorístico en la Universidad… Teniendo el respaldo y el voto de confianza de mis compañeros, el aval de haber escrito, dirigido y actuado en las dos parodias que dieron origen a una sacra tradición de burla hacia los profesores… pues me aventuré a aceptar el hacer un monólogo (aquí la gente que lo vio y me conoce empezará a reírse de mi)… Fue DESASTROZO… ¡!!!!!!!!!!!!!!!… había preparado un material bastante decente, pero en la primera revisión de los censores de la verbena donde debía presentarlo me lo mutilaron… le cercenaron la joda tan rica que provoca las risas más honestas… dejándome con un texto sin vida, con comentarios como “¿se han dado cuenta que las chicas usan falda en los exámenes? (inserte un grillo aquí)… ¿no? ¿Por qué será? ¿Acaso será para copiar los apuntes en sus piernas? (el grillo se aburrió y se fue)… El texto original eraalgo como… “Oe, nunca se han ganao’ que las flacas más tabas tienen un amuleto de la suerte para aprobar los finales… las putifaldas… Uy no, cualquiera piensa a pa’ rayarse la pierna y plagiar… no pues webón, eso lo hacía la Dra. Luz en sus tiempos, cuando venía con su faldón y se escribía con carbón en el tobillo pa’ copiar… lo que ahora está de moda escribirse algo chiquito nomás, pero eso sí… mil veces más efectivo… paso uno, agarras tu calzoncito rosado más inocente con la cara de Hello Kitty; paso dos, con lápiz labial escribes justo en medio “profe, ¿intercambiamos?”… y paso tres, te sientas adelante y en mitad del examen abres el negocio y haces la oferta para cerrar el trato… ¿Para qué más si o no? Dime, al final qué “chucha” vas a estudiar… (Pausa dramática) Pues esa…” Eso hubiera sido un monologo como manda Buda… pero ya pues… terminé siendo abucheado y bajado del escenario por clamor popular… En ese momento tuve que hacerme el recio e indiferente, me reí de mi propia vergüenza y hasta bromeé con la situación, pero en el fondo fue el primer roche publico que me hacia desear desaparecer entre el pasto y el guano del jardín… Quizá porque siempre mis ridículos los hago a conciencia y con empeño… pero este fue un ridículo inesperado, de los que joden… En fin… eso quedo atrás y este año planeo mi contra ataque con una nueva parodia… pero si me vuelven a abuchear me buscaré otra vocación… quizá me convierta en modisto, pero de eso hablaré otro día.

jueves, 14 de mayo de 2009

$$$ Say Hi to Mister Betto Rockefeller $$$

El dinero, tan delicioso, refrescante, revitalizador, suculento, deseado, divertido, encantador, apasionado y bello… El dinero, aunque es una mera creación abstracta surgida en las antiguas polis como una forma de facilitar el tracto comercial, ha terminado siendo el leiv motive de nuestras modernas sociedades. El dinero hoy por hoy es el termómetro del éxito de una persona, la regla y medida de su profesionalización y la notoriedad que le hace destacar por encima de sus pares. Hoy sin dinero, sencillamente no eres nada… Bajo esas premisas tan materialistas es imposible mantenerse en una postura negatoria de la importancia de poseer dinero, y mejor si es en abundancia, que si bien resulta loable por su trascendencia moral, es ridícula por su disociación de la realidad imperante.


Yo si me confieso materialista, una persona que entiende y acepta la relevancia de los bienes materiales como agentes facilitadores de la existencia, como aquellos enceres capaces de generar la máxima comodidad y la pura (aunque ciertamente fugaz, para que hacernos los huevones) sensación de felicidad que nace de la despreocupación por el ¿qué chucha tendré que hacer mañana para poder comer? Y no me refiero al dilema de un chef que no sabe qué coño preparar… sino al dilema diario de la gente común y corriente que sólo trabaja para poder tener diez centavos que les permitan comprar medio pan. Cuando el dinero te desborda de los bolsillos, todas las preocupaciones son risibles, basta con sacarte un minúsculo fajo de billetitos verdes con un par de ceros para que empieces a encontrar la solución…


Por ejemplo, un simple mortal debe resignarse ante la imposibilidad de obtener algo que desea pero le representa tener que hipotecar hasta el alma y uno de sus cojones para poder pagarlo, pero para los millonarios la resignación no existe o se limita a situaciones extremadamente específicas, como el tener que resignarse a no poder sacar el Titanic del fondo oceánico para añadirlo a su colección de navíos históricos, o el no poder llevarte una sección de cuatro kilómetros de la Gran Muralla China para usarla como muro frontal de su jardín… por lo demás, pueden hasta ponerle diamantes a un inodoro de oro macizo si así lo quieren… y eso ya es cagar con estilo.


Yo tengo conmigo mismo una apuesta/reto/promesa/pacto de que antes de los 40 años debo formar parte de esa selecta (bueno, no tanto ahora cualquier naco de callejón termina siendo un acaudalado dandy de sociedad) casta de millonarios que adornan las páginas de la revista Forbes, que salen en la sección empresarial del New York Times, o aparecen en magazines como Cosmopolitan en un artículo sobre los solteros más codiciados. Es un voto personal que he de cumplir a como dé lugar, pues mis excentricidades y anhelos más disparatados sólo podrán ser realizados con el aval de una modesta fortuna de (aproximadamente) setenta y cuatro mil millones de dólares (o doscientos veintiocho mil seiscientos sesenta y seis millones de nuevos soles, la moneda de mi país). Cuando mi cuenta bancaria de Luxemburgo llegue a esa módica cifra, podré sacar de debajo de mi cama el libro negro de mis divagaciones y fantasías y comenzar a hacerlas realidad, por puro y duro hedonismo.


Con esa austera fortuna amasada me compraría una mega mansión que tenga un rancho para caballos árabes de casta; un parque de diversiones; una laguna artificial; un castillo traído directamente de Europa del este piedra por piedra (para los días de verano porque la piedra es más fresca); unas canchas de tenis, futbol, básquet y vóley (mínimamente tres de cada una, no pienso esperar ni compartir una cancha cuando tenga ganas de jugar); unas cinco piscinas entre olímpicas, techadas y temperadas; un coliseo polideportivo con un ring oficial de boxeo para organizar pequeños torneos y para simplemente tontear cuando esté aburrido (¿¿aburrido?? xD jajajaja); un bosque de pinos rodeado de unas cinco hectáreas de pradera verde y campos de flores silvestres; un pequeño zoológico acondicionado como un hábitat artificial; unas tres hectáreas de jardines con fuentes y piezas de Art Déco donde puedan correr libremente y sin peligros mis cincuenta cachorros de lobo blanco; y finalmente en medio de todo esto una pequeña cabaña de setenta habitaciones, sesenta y tres baños, diez ambientes acondicionados como salas de estar, salón de recepciones, tres comedores principales y seis comedores pequeños, dos cocinas completamente equipadas con chef permanente incluido, un garaje para cuarenta autos, gimnasio en el sótano, sauna y spa, discoteca con bar incluido, cine con capacidad para cincuenta personas y su respectiva y necesaria confitería, peluquería y barbería, helipuerto en la azotea sur, y todo lleno de acuarios que vayan de pared a pared…


Aquí estoy revisando mis caballerizas, detrás mi lago artificial y unos amigos que invite a una barbacoa en el ala Este.


Sí, se que parece la casa de Ricky Ricón, pero qué cojones, el mocoso sabía cómo vivir…


Teniendo una casa así, ya no necesitaría salir, pero si me llegara a provocar un plato de sushi con wasabi y soja recién preparado, llamaría a mi chofer para que me llevara a mi aeropuerto privado, donde tomaría un vuelo directo a Tokyo sólo para ir a comer en el “Aragawa”, para el postre me iría a París por un croissant con mantequilla y para tomar algo viajaría a Londres para beber unos apple martinis en el “Scketch”. Y como la juerga no está completa sin la compañía femenina, pues de vuelta al avión y hacia Rusia, donde rodeado de agraciadas lolitas cerraría la discoteca más exclusiva sólo para nosotros, y como el avión esta a mi plena disposición, pues luego de bailar y beber más… a lo que surja… je je je… es mucho más cachondo ir al asiento treinta y seis de un avión privado con un séquito de quince tiernas jovencitas que al asiento trasero de un Toyota con una sola chica… digo ¿no?…


Con tanto exceso decadente quizá apele a usar una fracción de mi fortuna en fondos para las organizaciones ecologistas y protectoras de animales (quién sabe, quizá y hasta al puro estilo de Bruce Wayne pueda finalmente dar vida a Arsenal Animal). Pero dudo que pase de ahí, como dije una y mil veces, la gente poco me interesa… Y por ahí no faltará quien pregunte sobre el amor y esas sandeces, pues como es lógico entre tanta libertino desenfreno me será muy difícil encontrar un amor sincero y leal que me acompañe hasta el fin de mis días mortales… Pues me vale… yo con tener una muchacha sacada del mundo de las pasarelas y la moda a lo Heidi Klum, o una jovencísima actriz/cantante como Avril Lavigne o Hanna Montana, que me ayude a desordenar las sábanas de mi cama cada noche, pues me parece suficiente… Si quiero afecto desinteresado, fidelidad y lealtad pues para eso tengo a mis cincuenta cachorros de lobo blanco ¿no?…


En síntesis, me la pasaría viviendo en el despilfarro, el lujo y la ostentación más mórbida, haciendo de cada uno de mis días una bacanal de excesos que mi holgada chequera me permite… Para qué hacerme el santo y decir que ayudaría a las personas con mi espíritu caritativo o que prefiero la sencillez de un hogar pequeño pero con amor… esas son boludeces para mí… Egoísmo quizá, no lo sé, ¿inmadurez? Jajaja OBVIO!!! Pero así es como pienso y así es como planeo vivir cuando las manos lujuriosas de la diosa fortuna se posen sobre mi palpitante, grande y caliente… ambición.


Me reitero en algo que siempre he pensado y hoy se los dejo como reflexión final… El dinero no hace la felicidad… ¿para qué?… si ya la compra hecha… Amén hermanos, amén.



Pd: Si no logro esto hasta los cuarenta, fingiré mi muerte en un intrascendente accidente de tránsito y me iré a vivir a la austera contemplación espiritual de un monasterio Tibetano… Hombre preparado vale por dos… Gracias por su atención.



domingo, 10 de mayo de 2009

*¨\ No será Igual - One minute version

Esta es la versión videográfica de un minuto de la canción "No será igual", de Láudano. Tal como les dije en el post anterior aun no han visto lo último de esta banda... je je je...

Como dato adicional les digo que esta banda está participando en el concurso "Batalla de Bandas", organizado por PEPSI, por lo que necesitamos de su apoyo gente... A más tardar el día Lunes 11 de Mayo les estoy dejando aquí mismo el link directo del video para que voten por el.

Pero de momento les dejo el link del myspace de la banda para que entren y le den un vistazo a las cosas que poco a poco van haciendo, sólo denle un click aquí ---> http://www.myspace.com/llaudanoll. Y bueno, ahora la cancioncilla para que la disfruten...

Larga vida al rock n' roll !!!!!!!!!!

martes, 28 de abril de 2009

@... Sacrilegio a la razón ... @


Locura… generalmente se define a la locura como la privación de juicio o del uso de la razón… se estigmatiza a aquellos que adolecen de ella… se les aparta de la sociedad y se ignora que existen… se niega su padecimiento y nos ofendemos cuando nos mandan al psicólogo… eso es de locos… la locura ha sido resuelta a menos que un insulto común y corriente… a ser un mero diagnóstico clínico con el cual eludir la cárcel, sino la realidad… la locura es ahora un pretexto para minimizar a quien opta por ser diferente al común de los mortales…

Yo nunca he negado que vivo feliz en mi locura… me siento un clérigo de la deliciosa enajenación mental… profesando que mi disociación de la realidad me causa más satisfacciones que nada en este mundo (o en el otro, o donde esté), y siempre que alguna referencia mía es solicitada, este adjetivo de “loco” se hace presente… unas veces para bien, otras para mal… pero siempre con el mismo resultado… decir que yo me salgo del patrón adormilado que campea hoy entre ternos polvorosos y corbatas de descuento…

Odio usar terno, odio trabajar en una oficina, odio sentarme más de 20 minutos a oír a otro hablar y hablar y hablar… detesto la idea de lidiar algún día con una familia, el ser formal me aburre tremendamente, no quiero acabar como todos esos sujetos que veo a diario, pretendiendo que son felices con lo que hacen… Y esto es a lo que tienden a llamar normal… pues si es así prefiero nunca serlo…

Yo quiero meter cuatro cojudeces en una mochila, ponerme unos jeans medio ajustaditos (así me gustan) un polo sin mangas, una gorra y salir por ahí sin rumbo fijo, caminando hasta que llegue el día que me canse de caminar y ya no me quede más nada que ver… quiero dedicarme a la música usando todas las experiencias que he adquirido en ese viaje, cantar sobre las gentes que conocí, sobre los lugares que visité, los amores que no amé… quiero comprarme un castillo viejo y sobre el que hayan leyendas de maldiciones y apariciones trepidantes, quiero pintar mi cuarto de negro y tapiar las ventanas, quiero en lugar de cama dormir en un ataúd, ya lo probé una vez y es lo más cómodo del mundo, sólo quiero salir de noche y evitar el sol a toda costa, quiero tener un jardín enorme lleno de árboles y tener un par de lobos por mascotas… quiero despertar un día y meterme a un gimnasio para transformarme en un amasijo de músculos, competir en algunos torneos de fisicoculturismo y quizá, sólo quizá, ganar alguno… quiero llenarme el cuerpo de tatuajes de serpientes, lobos, garras, flamas y zarpazos, que mi cuerpo se vea como un lienzo tétrico arrancado de las mismísimas pesadillas de Dalí… quiero entrar al mundo de las peleas, y romper algunos cuellos, que me revienten la cabeza y cuando todo parezca en contra levantarme y partirle la madre hasta que me pidan misericordia… quiero comprar una moto pistera, la más poderosa que haya y meterme al circuito de carreras, participar en sólo diez de ellas sin que me interese si gano o no… quiero provocar los más espectaculares accidentes y retirarme en la cúspide (aunque eso sólo lo piense yo)… quiero hacerme famoso entre los medios y usar mi fama y dinero para irme a Rusia y convivir con unas preciosas gemelas adolescentes, corromperlas, sacar lo mejor que pueda de ellas (o meter, sería más acertado) y cuando sienta que me aburrí de eso irme a vivir unos años a la selva como un anacoreta (gracias profesor Uzafari) conviviendo sólo con los animales y la naturaleza, luego regresar a la civilización y calzarme las vestiduras de un justiciero (por decirlo así) enmascarado y salir a masacrar delincuentes, terminando entre el temor y la admiración de la gente… quiero sacarme la mandíbula y reemplazarla por una de metal (titanio era mi primera opción), colocarme enchapes metálicos en el cráneo y si se pudiera reemplazar mis órganos y mis brazos y piernas por aditamentos robóticos que me permitieran transformarme en un arma… quiero prolongar mi existencia artificialmente con la ciencia convirtiéndome en una especie de experimento ambulante temido por doquier… quiero terminar mis días en alguna guerra asesinando y devastando, viendo como mis enemigos huyen despavoridos al verme en el campo de batalla… ser alcanzado por una granada o una ráfaga de ametralladora y estallar dejando un enorme cráter que se lleve aliados y enemigos por igual…

Esas son las cosas que realmente quisiera hacer… no soy convencional, ni clásico… digamos que estoy bastante contento con mi ausencia de cordura… y así seguiré… aunque eso me cueste grandes sacrificios… pero estoy dispuesto a pagarlos… total… vida es una sola, mejor aprovecharla sin pedir disculpas ni permiso… para eso ya tendremos mucho tiempo en el infierno… en el que por cierto, yo no creo… ¡A tu salud gente normal!... Sí, y una mierda ¬¬





*[¨´ Le temo a... `¨]*


Hace sólo dos días compartía una amena cháchara con el buen “Huracán”, poniéndonos al tanto de cuestiones del blog, sucesos anecdóticos con los amigos y como iba la cosa con la “gripe porcina” allá en el D.F. Mexicano.


De pronto de una forma insospechada salió el tema de los miedos que tenemos, en realidad que tengo… para ilustrar ese momento de coloquios alturados y buen uso de las reglas de la gramática y la ortografía les pongo el extracto de aquella conversación que desencadenó una penosa confesión fóbica…


(11:20 a.m.) Jonathan: y que? no hay zombies por alla?

(11:20 a.m.) :LOBO RORSCHAC: pero eso de la belleza es relativo... porkie para nosotros (y gran parte del mundo) doby puede ser tan guapo como un higado con cirrosis

(11:20 a.m.) :LOBO RORSCHAC: pero al algun lugar del mundo quiza una tribu perdida del amazonas, quien dice que no, lo venerará como al mismisimo prometeo

(11:22 a.m.) Jonathan: seguramente en somalia, su pais natal

(11:22 a.m.) :LOBO RORSCHAC: no creo... alla llega la television

(11:23 a.m.) :LOBO RORSCHAC: eso puede haberles dado conciencia sobre lo que es feo y lo que no

(11:23 a.m.) :LOBO RORSCHAC: osea, ta kagao

(11:23 a.m.) Jonathan: jajajajaja sisiertoooo

(11:24 a.m.) :LOBO RORSCHAC: que me decias de los zombies?

(11:24 a.m.) Jonathan: que si ya llegaron hasta tu pais

(11:25 a.m.) :LOBO RORSCHAC: zombies

(11:25 a.m.) :LOBO RORSCHAC: no me jodas

(11:25 a.m.) Jonathan: no has visto las noticias?

(11:25 a.m.) Jonathan: en EUA y Mexico estan de moda

(11:27 a.m.) :LOBO RORSCHAC: zombies como los de resident evil, las peliculas de George A. Romero, y similaress

(11:29 a.m.) Jonathan: bueno no, es que esta bien cabrona una epidemia de influenza que ya cobro varias vidas, entonces aca andamos todos aislados hasta el 6 de mayo

(11:29 a.m.) :LOBO RORSCHAC: ahhhhhhh xD

(11:29 a.m.) :LOBO RORSCHAC: por un momento me tuviste manchando los calzones

(11:30 a.m.) :LOBO RORSCHAC: no lo comentes pero ...

(11:30 a.m.) :LOBO RORSCHAC: no le tengo miedo a nada en este planeta.... excepto a los zombies

(11:30 a.m.) :LOBO RORSCHAC: T_T

(11:30 a.m.) :LOBO RORSCHAC: bueno... los Zombies y los abejorros

(11:31 a.m.) Jonathan: jajaja

(11:38 a.m.) :LOBO RORSCHAC: yo podria ver un fantasma, balndiendo una motosierra, rodeado de cobras, mientras revolotean murcielagos, ´parado en un tabique a 30 metros de altura, mientras ladran unos lobos salvajes abajo, y todo esta rodeado de acido corrosivo... y pues estaria mas preocupado en como van las encuestas de mi blog...

(11:38 a.m.) :LOBO RORSCHAC: pero si veo un zombie... o un abejorro .... que me chingue el diablo...

(11:38 a.m.) :LOBO RORSCHAC: y si es un abejorro zombie... n'ombre,.....

(11:38 a.m.) :LOBO RORSCHAC: saldria corriendo como Forrest Gump

(11:39 a.m.) :LOBO RORSCHAC: y no paro hasta Nebraska



Es vergonzoso pero cierto… no me asustan los fantasmas, las criaturas sobrenaturales (dígase duendes, gnomos, vampiros, hombres lobo [en realidad a estos los adoro], brujas, monstruos y mutantes), no me asustan los desastres naturales, ni los incendios, ni las enfermedades, ni los locos, ni los delincuentes, ni los reptiles (estos son de mis animales favoritos), ni los arácnidos (en realidad yo trato de salvar cuanta araña encuentro y los escorpiones me parecen geniales), ni la oscuridad, ni las alturas, ni los espacios abiertos, ni los espacios cerrados, ni el mar, ni las armas (todo lo contrario me encantan), mucho menos a la muerte (del título de este blog habrán notado eso)… ni nada de las típicas mamadas que asustan a la mayoría… para estos temores comunes mi cerebro se ha blindado a fuerza de corromperse con la cotidianidad, la indolencia, y el exceso de información chatarra que reforzó mi psicosis.


Pero me dicen que han escuchado, leído o visto algo referente a un posible caso de existencia de “zombies” y pueden ver mi más patética expresión de pánico no muy bien disimulado tratando de lucir calmado, cool, y hasta valiente, profiriendo arengas del tipo… “que vengan pendejo… me armo con un bate de baseball y los pongo a parir a todos, pinches muertos” … y por dentro tengo el estómago más duro que un diamante metido en una piedra bañada en acero, enchapada en titanio y forrada en adamantium… Literalmente me cago de miedo frente a los muertos vivientes, y sé que suena ultra ridículo, pero es inevitable para mí el convertir mi estructura anatómica en un émulo de la gelatina de tan sólo pensar en ir por la calle y encontrarme un fulano cadavérico comiéndose a algún parroquiano, mientras la gente alrededor grita, corre sin dirección y como la pandemia esta de la influenza porcina, a cada mordisco aparece un nuevo zombie… Culpo a las películas de mi temor irracional a estos seres, porque recuerdo que cuando era pequeño vi alguna vez una película que comenzaba con una voz en off diciéndole a los espectadores que todo se basaba en hechos reales, que en un experimento del gobierno unos cadáveres recuperaron sus funciones y generaron un episodio de caos en las instalaciones militares… ¿A quién carajo se le ocurre decir eso en una película de este tipo?!!!!... desde ese día me traumé con los zombies, además que comparados con los otros seres oscuros, pues son bastante chabacanos… andan medio calatos o con las ropas desgarradas, tienen las caras medio podridas, medio comidas o simplemente tienen media cara… son totalmente irracionales, y lentos como el pedo de un caracol en coma… además tienen un severo problema para controlar su agresividad y desordenes alimenticios bastante grotescos… además que para “matarlos” hay que tener la puntería de Guillermo Tell o de Clint Eastwood para descerrajarles el cerebro de un balazo… o los cojones como King Kong luego de ciclarse con esteroides, para acercarte a ellos y meterles un buen golpe en la cabeza… joder… el sólo estar escribiendo esto me pone nervioso y miro sobre mi hombro cada cinco segundos a ver si no se me aparece un muertito hambriento con ganas de chuparme la cabeza… lo digo en el buen/mal sentido de la palabra.


Al menos del miedo a los zombies puede decirse (espero ¬¬) que es algo comprensible ( ¿? ) porque son monstruos y antropófagos y blah blah blah… pero mi temor a los abejorros es (como diría Lía) bastante ñoño y para colmo… especulativo… porque jamás he sabido de primera fuente, si los abejorros pican… Es sencillamente su zumbido cuando vuelan, su cuerpo rechoncho y sus patas peludas, su tamaño excesivamente grande para ser parientes de las abejitas, su color negro brillante y sus caras de criminales sádicos y autosuficientes… lo que me provoca pavor cuando pasan volando cerca (esto es a por lo menos ciento cincuenta metros de mi ubicación). Soy capaz de perder la compostura y arrojarme al piso si es necesario, con tal de evitar todo contacto con estos bichos tan desagradables. Alguna vez pueden haberme visto saltar o sacudirme como si tuviera parkinson en medio de un ataque de epilepsia, cuando siento que algo se posa en mi cuello… no crean que es miedo a los insectos en general… es que inmediatamente mi cerebro procesa que se trata de un puto abejorro que se acercó a mí en modo sigiloso, para poder picarme (si es que lo hacen, la verdad no me importa si no lo hicieran, igual son espantosos de cojones) y luego huir impune mientras mis amigos se burlan de mí… ¬¬ Lo confieso esto es una pesadilla recurrente…


Finalmente me da igual si piensan que soy un candelejón por tener miedos tan insulsos, es un mundo libre como dicen mis amigas de medio oriente, y estoy seguro que en algún rincón del globo, debe haber alguien con miedos mucho más ridículos que los míos… Espero…