
Me enamoré de una muchacha fina y recatada
De esas que salen en las revistas para caballeros
Es una dama, la perfecta compañía
Para irse a dormir sin tentar el sueño.
Pasea por las calles, vestida de cuerpo entero
Con una tela tan oscura como la copa en la que bebe,
Se pinta lo necesario, para que se distingan sus labios
Y nunca usa un escote que le descubra menos de la mitad.
Me enamoré de una muchacha, elegante y distinguida
De esas que por propinas te arriendan sus secretos,
Es una santa incomprendida, especialista en pecados
Es una señorita chapada a la antigua y sin complejos
Se llamaba Carina, era su nombre de oficina
Platicábamos del mundo, viéndolo desde arriba
Desde muy arriba.
Confiaba en ella, pero jamás le creí nada
Confiaba entre sus piernas, pero jamás le creí a su mirada. (coro 1)
(Guitarras)
Me enamoré de una muchacha, divertida e inteligente
Como pocas inocente, como todas pervertida
Oh, así es Carina… (estribillo)
Platicábamos del mundo, viéndolo desde arriba
Desde muy arriba.
Confiaba en ella, pero jamás le creía nada
Confiaba entre sus piernas, pero jamás le creí a su mirada. (coro 1)
Aun sigo pensando en ella, aun sigo llamándola
Que la pulcritud impostada de las falsas vírgenes
Me repudia y extraño a mi santa, de los pecadores,
Oh, así es Carina… (estribillo 2)
Platicábamos del mundo, viéndolo desde arriba
Desde muy arriba.
Confiaba en ella, pero jamás le creí nada
Confiaba entre sus piernas, pero jamás le creí a su mirada. (coro 1)
Me enamoré de una zorra y no me arrepiento de nada
Porque ha sido más mujer que otras que no fueron pagadas
Y hoy quiero volver a su abrazo infiel
Oh, así siempre será Carina
Porque es más mujer que todas las que desfilaron por mi cama
Y que más me da, que haya sido infiel
Pequeña zorra desgraciada,
Y que más me da, que haya sido infiel
Así yo la amaba
Y platicábamos del mundo, viéndolo desde arriba
Desde muy arriba.
Confiaba en ella, pero jamás le creí nada
Confiaba entre sus piernas, pero jamás le creí a su mirada. Confiaba entre esas piernas, pero jamás creí en esa mirada
Confiaba entre sus piernas, pero nunca creí en su mirada.