Música recomendada para acompañar la lectura de este post.
Me extiendo en el fango inherente a las cavilaciones andróginas que en la total efervescencia de los ímpetus se encandilan con una palabra que se reduce a una mera consolación. No soy piedra que rueda en la trasnochada imaginación de los perdedores, no soy obstáculo que se salta sólo para caer en nuevo foso maquillado de oportunidad. Soy incendio de las selvas que dibujaste en unas pocas brasas ahogadas, soy tempestad calma que duerme para no ser más tempestuosa que tu huracán vacilante. No soy de los que pierden por retirarse de la batalla, soy el suicida que sin armas se enfrenta al batallón que siembras en mi camino. No soy adulador de tu vanidad pecaminosa, no soy de los que quieren ser lo que los niega, soy tierra húmeda en la que renacen las semillas de tus blasfemias. No soy como la luz encendida en mediodía, inútil, un desperdicio, soy el faro único que se erige entre la borrasca y la niebla y tu eres el barco que permito naufragar en las rocas costeras de mi rabia. No soy la sinfonía incompleta que tu cuerda de soprano interpreta con rechazo, no soy la melodía que sonoriza tu voz callada, soy como la orquesta estridente sin instrumentos que arrolla las partituras que no sabes llenar. No soy como piensas, no soy la hoja débil del arbusto que no llegas a querer sembrar, soy la zarza ardiente en la montaña que tienes prohibida visitar por impía.
No soy el leproso que destierras en Molokai a caer por pedazos que den cuenta que alguna vez fuiste su infección, no soy la superstición que coincide con tu infortunio premeditado, yo soy la marea que decanta los deseos de los que no sueñan con imposibles por vivirlos. No soy un príncipe azul infanticida de tradiciones clásicas de consumo mediático, no soy el galán probo que enaltece la orgásmica tribulación de tu intangibilidad, soy el mercenario de preseas fútiles que llamas besos, soy el encantador de víboras membradas que se dicen a sí mismas princesas, soy el caído juzgador de ángeles de papel maché que impostan su santidad en un escupitajo al cielo. No soy la silueta difusa de algún cántaro rebalsado de tus angustias pernoctantes, no me considero el osario de tus antojos libertinos que camuflas en la absurda pureza mancillada de tus años, soy el predicado de la oración sin verbo que cumplimenta sus centurias en la punta de tu lengua, soy la memoria tatuada tras tus sienes, soy la exclamación que corona el fin de tus preguntas neutrales.
No soy la huella en arena de playa veraniega, no puedo ser la gota seca del temporal que discurre de tus falsos ojos en falso dolor, no me permito ser el recurrente de tu intermitente abandono recurrido, yo soy el segundo dentro del minuto más extenso, soy la orfandad de Adán y Eva satirizada en tus palmas sudorosas, soy la sangre estancada en tu rojo corazón pétreo comprado al regateo en alguna plaza. No soy de los que venden su conciencia por migajas de cariño pretendido, no soy de los que se callan cuando otro está hablando con la hipocresía por idioma, soy el aullido penitente de los cardos idénticos a la caricia de los erizos, soy el entramado que cierne la levadura que inflama el rotundo aleteo de la esperanza cuando se aleja volando. No soy la monotonía de lo previsto en saco y corbata, no soy las maneras que la sociedad peletera curte desollando individualidades, yo soy la locura frenética de los amantes desconocidos, yo soy lo imprevisible que sólo vaticinan las runas de mis ojos leídas en voz alta, yo soy la combustión espontánea del pesimismo que tenias por credo.
No soy ni he sido la estrella que descuelgas a dentelladas voraces con musitada egolatría, no soy la constelación fugaz que remonta tus planos vigilando que no les arrebaten el brillo, soy la supernova que enciende la negrura del universo entre tus miembros, soy la nebulosa que entra y sale a voluntad del magnetismo subliminal de tus sendos hoyos negros. No soy cielo de tarde perfumada, no soy despunte matinal de canoras consonancias, soy madrugada lluviosa de comparsas incitantes y clandestinas, soy noche de voces inaudibles que perpetran la fantasía que no conocerá su carne. No soy artimaña que camufla la preterición de los honores, no soy coartada investida a los antojos de sobreactuadas representaciones, no soy el papel relegado que interpreta el decorado de un pecho sin alma, soy el guión de los relatos inenarrables de una autobiografía por encargo, soy la lascivia, la injuria, el desasosiego de los párrafos endémicos de las desaforadas regiones al sur de tu centro, soy la batuta talionaria que infunde la piel con zanjas de honestidad recalcitrante.
No soy lo que quieres que sea, no soy lo que quieres creer que sea, no soy lo que quisieras haber creído que querrías que sea, no soy, no soy, no soy. Soy tu opuesto, tu antípoda, tu marginación extrapolada, tu azote y flagelo, tu banco de tiburones, tu fetiche con la lluvia dorada, tu filo aserrado, tu boca cerrada, tus pechos enhiestos, tu perdición insensata, soy, soy, soy. No soy tu conveniencia, no soy tu calma, no soy tu seguridad, soy tu reticencia, tu terquedad, soy el lado oscuro que habitó sin permiso en lo recóndito de tu alma. No soy tu hoy, no soy tu mañana, no soy tu hasta luego, no soy tu promesa de manos en vientre ni besos antes de enfrentar el alba. Soy tu ayer, tu pasado, tu olvido, tu nunca fuiste, tu nunca has sido, tu ya no eres, tu ya no trates, tu mejor no intentes, tu no me mires, tu no me hables. Soy el futuro dirá, soy el la vida enseña, soy el sólo es cuestión de esperar, soy el siempre habrá otra luna llena, soy el no me rendiré, soy el no me verás más, soy el que siempre quisiste que nunca fuera.
Me extiendo en el fango inherente a las cavilaciones andróginas que en la total efervescencia de los ímpetus se encandilan con una palabra que se reduce a una mera consolación. No soy piedra que rueda en la trasnochada imaginación de los perdedores, no soy obstáculo que se salta sólo para caer en nuevo foso maquillado de oportunidad. Soy incendio de las selvas que dibujaste en unas pocas brasas ahogadas, soy tempestad calma que duerme para no ser más tempestuosa que tu huracán vacilante. No soy de los que pierden por retirarse de la batalla, soy el suicida que sin armas se enfrenta al batallón que siembras en mi camino. No soy adulador de tu vanidad pecaminosa, no soy de los que quieren ser lo que los niega, soy tierra húmeda en la que renacen las semillas de tus blasfemias. No soy como la luz encendida en mediodía, inútil, un desperdicio, soy el faro único que se erige entre la borrasca y la niebla y tu eres el barco que permito naufragar en las rocas costeras de mi rabia. No soy la sinfonía incompleta que tu cuerda de soprano interpreta con rechazo, no soy la melodía que sonoriza tu voz callada, soy como la orquesta estridente sin instrumentos que arrolla las partituras que no sabes llenar. No soy como piensas, no soy la hoja débil del arbusto que no llegas a querer sembrar, soy la zarza ardiente en la montaña que tienes prohibida visitar por impía.
No soy el leproso que destierras en Molokai a caer por pedazos que den cuenta que alguna vez fuiste su infección, no soy la superstición que coincide con tu infortunio premeditado, yo soy la marea que decanta los deseos de los que no sueñan con imposibles por vivirlos. No soy un príncipe azul infanticida de tradiciones clásicas de consumo mediático, no soy el galán probo que enaltece la orgásmica tribulación de tu intangibilidad, soy el mercenario de preseas fútiles que llamas besos, soy el encantador de víboras membradas que se dicen a sí mismas princesas, soy el caído juzgador de ángeles de papel maché que impostan su santidad en un escupitajo al cielo. No soy la silueta difusa de algún cántaro rebalsado de tus angustias pernoctantes, no me considero el osario de tus antojos libertinos que camuflas en la absurda pureza mancillada de tus años, soy el predicado de la oración sin verbo que cumplimenta sus centurias en la punta de tu lengua, soy la memoria tatuada tras tus sienes, soy la exclamación que corona el fin de tus preguntas neutrales.
No soy la huella en arena de playa veraniega, no puedo ser la gota seca del temporal que discurre de tus falsos ojos en falso dolor, no me permito ser el recurrente de tu intermitente abandono recurrido, yo soy el segundo dentro del minuto más extenso, soy la orfandad de Adán y Eva satirizada en tus palmas sudorosas, soy la sangre estancada en tu rojo corazón pétreo comprado al regateo en alguna plaza. No soy de los que venden su conciencia por migajas de cariño pretendido, no soy de los que se callan cuando otro está hablando con la hipocresía por idioma, soy el aullido penitente de los cardos idénticos a la caricia de los erizos, soy el entramado que cierne la levadura que inflama el rotundo aleteo de la esperanza cuando se aleja volando. No soy la monotonía de lo previsto en saco y corbata, no soy las maneras que la sociedad peletera curte desollando individualidades, yo soy la locura frenética de los amantes desconocidos, yo soy lo imprevisible que sólo vaticinan las runas de mis ojos leídas en voz alta, yo soy la combustión espontánea del pesimismo que tenias por credo.
No soy ni he sido la estrella que descuelgas a dentelladas voraces con musitada egolatría, no soy la constelación fugaz que remonta tus planos vigilando que no les arrebaten el brillo, soy la supernova que enciende la negrura del universo entre tus miembros, soy la nebulosa que entra y sale a voluntad del magnetismo subliminal de tus sendos hoyos negros. No soy cielo de tarde perfumada, no soy despunte matinal de canoras consonancias, soy madrugada lluviosa de comparsas incitantes y clandestinas, soy noche de voces inaudibles que perpetran la fantasía que no conocerá su carne. No soy artimaña que camufla la preterición de los honores, no soy coartada investida a los antojos de sobreactuadas representaciones, no soy el papel relegado que interpreta el decorado de un pecho sin alma, soy el guión de los relatos inenarrables de una autobiografía por encargo, soy la lascivia, la injuria, el desasosiego de los párrafos endémicos de las desaforadas regiones al sur de tu centro, soy la batuta talionaria que infunde la piel con zanjas de honestidad recalcitrante.
No soy lo que quieres que sea, no soy lo que quieres creer que sea, no soy lo que quisieras haber creído que querrías que sea, no soy, no soy, no soy. Soy tu opuesto, tu antípoda, tu marginación extrapolada, tu azote y flagelo, tu banco de tiburones, tu fetiche con la lluvia dorada, tu filo aserrado, tu boca cerrada, tus pechos enhiestos, tu perdición insensata, soy, soy, soy. No soy tu conveniencia, no soy tu calma, no soy tu seguridad, soy tu reticencia, tu terquedad, soy el lado oscuro que habitó sin permiso en lo recóndito de tu alma. No soy tu hoy, no soy tu mañana, no soy tu hasta luego, no soy tu promesa de manos en vientre ni besos antes de enfrentar el alba. Soy tu ayer, tu pasado, tu olvido, tu nunca fuiste, tu nunca has sido, tu ya no eres, tu ya no trates, tu mejor no intentes, tu no me mires, tu no me hables. Soy el futuro dirá, soy el la vida enseña, soy el sólo es cuestión de esperar, soy el siempre habrá otra luna llena, soy el no me rendiré, soy el no me verás más, soy el que siempre quisiste que nunca fuera.
3 comentarios:
Buenisimo tú escrito. Pero no me queda claro qué es lo que eres. Sólo eres tú y ya.
Gracias por pasar a mi blog, también puedo decir qué el tuyo es bastante interesante, lo leeré todo.
Ahora; contesto tú comentario:
Puedo considerar una cuestion de suerte, el que hasta ahora no me haya tocado estar en una como situacion que narras [No es suerte, es tiempo, sabrás que a todos nos toca muchas veces ser el espectador y otras el actor]...el ser sumamente emotivo me traeria severos inconvenientes.[Yo creo qué a todos, podriamos mostrar algo qué no debe salir]
Me ha interesado bastante tu blog,[Repito, ¡gracias! y también me gusto el tuyo] seguire paseandome por aqui cada que pueda. [Las puertas están siempre abiertas.]
Exitos.[Y tú haz que te valla, cómo debe de irte]
Atte.
Jonathan "El Huracán Errante"
Hey , esto tiene mucho de poema en prosa eh!
Lo he leído con fruición como tres veces , qué decir, a esta edad de la noche ? (disculparás estoy bloqueada por estos días) excepto : Wow!!!
abrAzos!!!
yo soy kien soy xq asi lo dic mi interior,,, ya no soy kien kiere ver los demas xq ese soy se kedo atras... se kedo en el olvido dl q soy ahora y asi perdurara hasta q otro capitulo d mi vida m diga cambia el soy... y es q yo soy lo q tu no eres y es q yo soy kien tu no crees q soy...
m encantoooo est blog ... algo mareado d tanto soy y tu y noc q mas jajaj pero pa q! m pegue con too =)
Publicar un comentario